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Publicado por
Rubén Santamarta - redacción
León

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Quien juega con fuego termina quemándose, apunta el dicho popular. Y según la Confederación de Consumidores y Usuarios (Cecu) y la Comisión Europea, los que lo hacen suman al año de 1.500 a 1.900 heridos y entre 34 y 40 muertos. «Hay que apelar un poco más al sentido común, a la responsabilidad de los padres para que vean lo que manejan sus hijos, y no regular todo por ley», dice una estanquera que muestra uno de los pocos ejemplos de mecheros seguros que se pueden encontrar en el mercado. Cuesta dos euros, casi el triple que uno normal de rosca o de botón. El adulto ha de accionar una palanquita en la base del chisquero para permitir que salga el gas, y, por lo tanto, la llama. Pero para ello ha de hacer fuerza hasta que consigue el fuego. Además de fuerza, es necesario cierto ingenio. Este modelo lo comercializa, a iniciativa particular -incluso antes de la nueva normativa-, una empresa inglesa. En algunos países europeos, relata la misma profesional, ya se pueden comprar también modelos Bic con un sistema similar. Por lo pronto, en la mayoría de los estancos no los hay. Y para encontrar alguno de los que pide ahora la Unión Europea hay que buscar mucho. En bazares de 24 horas lo único a la venta, por 60 o 75 céntimos, son los mecheros de rosca o botón, «los de siempre», como los llaman en los Todo a Cien . Además, en estas tiendas resulta muy complicado desde hace ya tiempo adquirir un encendedor con pequeñas figuras de animales, coches o personas, esos que los niños que no alcanzan los 51 meses de edad, es decir, los menores de cinco años -para los que se han diseñado estas nuevas medidas- pueden confundir con juguetes y provocar una desgracia.

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