El oscurantismo en China sobre el VIH hace temer una explosión sanitaria
La falta de transparencia sobre los datos del sida en China, donde hay 640.000 portadores actualmente, según Pekín, y más de 6 millones según las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), hace temer a los expertos una explosión sanitaria con la ignorancia como detonante. Sin que oficialmente sea reconocida como una situación de emergencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no otorga el derecho a la fabricación de antirretrovirales (ARV) sin infringir la patente de las farmacéuticas, solución que aplican algunos países en desarrollo. Las «estimaciones» oficiales, en cuyo cálculo participaron la OMS y Onusida, redujeron la cifra inicial de 800.000 afectados, pero los portadores probados en 2006 (185.000) aumentaron en un 30 por ciento con respecto al 2005 por el incremento de las pruebas. En las zonas rurales, la detección por análisis de sangre es prácticamente inexistente pues se considera que la enfermedad sólo afecta a homosexuales, drogadictos y prostitutas con el agravante de que su descubrimiento significa discriminación. Sólo hay estimaciones «Las cifras que tenemos son estimaciones», dijo Hendrik Bekedam, delegado de la OMS en China, pues aunque el método empleado «fue bastante bueno, podría ser mejor». Desde que en el 2003 el Gobierno chino reconoció la existencia del problema, ha sido halagado por facilitar el tratamiento en zonas en las que la principal vía de contagio es la drogadicción (uso de jeringuillas infectadas) y la prostitución. Sin embargo, todavía es un tabú hablar de la venta de sangre que los gobiernos locales impulsaron en la década de los 90 entre la población más pobre y que se convirtió en motivo principal de contagio. Bekedam reconoce que no hay datos de esos años «y se considera que la mayoría (de los infectados) murieron», aunque algunos expertos dicen que si se permitiera la transparencia aparecerían descendientes contagiados y familiares que reclamarían indemnizaciones. Según Pekín, el 5 por ciento de los portadores actuales del VIH son contagiados por compra y transfusión de sangre.