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Publicado por
JOSÉ-ROMÁN FLECHA ANDRÉS
León

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EL MIÉRCOLES 14 de marzo de 2007 ha muerto Inmaculada Echevarría en un hospital de Granada. Padecía una distrofia muscular que le había ido provocando una parálisis progresiva que ya le impedía respirar espontáneamente. Ella misma pidió que le desconectaran el respirador artificial que la mantenía en vida y habría podido mantenerla así durante mucho tiempo. Sin embargo, Inmaculada no era una enferma terminal. Leía, bromeaba y mantenía una correspondencia con miembros de la asociación «Por una Muerte Digna», que promueve abiertamente la eutanasia. En una sociedad liberal e individualista como la nuestra se considera que la autonomía personal es la que genera y justifica los valores morales y no a la inversa. Así que cada uno es dueño de disponer de su vida y de su muerte e imponer esa voluntad a la sociedad entera. Sin embargo, en este caso, ni siquiera la defensa de la autonomía ha sido el criterio último. Algún comentarista ha subrayado que su caso ha coincidido con el protagonizado por Ignacio de Juana Chaos. Tanto el terrorista como la enferma habían demostrado su voluntad de poner fin a su vida. En ambos casos el Gobierno ha utilizado un criterio diferente. No ha sido respetada la autonomía del terrorista y ha sido propugnada y defendida la autonomía de la mujer paralizada. Todo hace pensar que la vida de uno era una baza política, mientras que la vida de la otra era sencillamente un estorbo y un gasto inútil. Las cosas no son tan simples como aparecen a primera vista. Tal vez haya que prestar atención al motivo de la compasión que se ha invocado en ambos casos. Aun así, ya nos extraña que se apele a la compasión cuando este valor parece haber desaparecido del mundo. En estos tiempos de tantos seguidores de Nietzsche, la compasión parece una debilidad personal y una traición a la especie humana. La doctrina de la Iglesia no es vitalista a ultranza, como a veces se dice. Establece una distinción entre medios proporcionados y desproporcionados a la hora de tomar la decisión de mantener o no la vida en una situación terminal. Los primeros son necesarios, los segundos son desaconsejables. Pero Inmaculada no estaba en ese trance. En 1957, Pío XII consideraba el respirador como un medio extraordinario y no obligatorio, pero hoy es un medio rutinario y no supone un encarnizamiento terapéutico. Pero todavía se da otro aspecto preocupante. Inmaculada se quejaba de su soledad. Según ella no merecía la pena una vida vivida en soledad. Y es cierto que el ser humano necesita amar y ser amado. Luego, ahí viene la pregunta. ¿Es que en nuestras comunidades cristianas no somos capaces de ser manos, pies y corazón para los que viven en soledad? Cuando una persona decide morir por hallarse sola, ¿no está condenando nuestro individualismo? La eutanasia será legalizada, sin duda, pero también entonces habrá que seguir proclamando la buena noticia de la vida humana por medio de gestos de amor y cercanía. Día 31, marzo: Escuela de Animadores de Pastoral Juvenil (Seminario, León) Día 1, abril: Domingo de Ramos: Procesión y Misa estacional (Astorga, 11,30; León, 12,30) Día 4, Miércoles Santo: Misa Crismal y convivencia sacerdotal (S. I. Catedral, León, 11 h.) Misa Crismal (S. I. Catedral. Astorga, 11 h.) Día 5, Jueves Santo: Misa estacional en la Cena del Señor (S. I. Catedral, Astorga, 17 h.; León, 18 h.) Día 6, Viernes Santo, Jornada de los Santos Lugares: Celebración de la Pasión del Señor (S. I. Catedral, Astorga y León, 17 h.) Día 7, Sábado Santo: Conferencia sobre la Sábana Santa, D. Ignacio Dols (Teatro Gullón, Astorga, 19 h.) Celebración de la Vigilia Pascual (S. I. Catedral, Astorga, 23, 15 h.; León 23 h.)

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