Sedentarismo y obesidad
Con un cuadro tan amplio de enfermedades reumatoides, se calcula que unas 200, buscar causas comunes es difícil. Las hay de origen genético, derivadas de traumatismos o accidentes, de la actividad laboral, posturales, degenerativas o achacables a la edad, graves o leves. Unas son curables y otras crónicas, algunas son inevitables y otras no. Sean del tipo que sean, los especialistas recalcan que hay dos factores que pueden marcar la diferencia: el sedentarismo y la obesidad «son malos para cualquier tipo de afección musculoesquelética», recalca Moreno. Por lo mismo, en todos los casos conviene vigilar el peso y practicar algún tipo de deporte adecuado a cada caso. Dicho ello, no es lo mismo una artritis que una tendinitis, ni una lumbalgia que una fibromialgia. La artritis reumatoide se debe a la inflamación de la membrana sinovial de una o varias articulaciones. Es crónica y de origen desconocido, aunque las nuevas terapias mejoran notablemente la calidad de vida del paciente. Es crucial diagnosticar a tiempo. La artrosis lesiona el cartílago articular, provoca dolor y rigidez, y se ceba en las vértebras cervicales y lumbares. Afecta al 10% de la población, en especial a partir de los 40 años. Mucho más frecuente es la lumbalgia, el padecimiento musculoesquelético más extendido; se calcula que casi el 80% de la población ha padecido algún episodio a lo largo de su vida. En los países industrializados uno de cada diez procesos de baja laboral obedece a un trastorno lumbar. Fibromialgia -dolor musculoesquelético generalizado, de origen desconocido-, osteoporosis -cada año 'rompe' 33.000 caderas en España-, y los llamados reumatismos de partes blandas -bursitis y tendinitis-, completan el cuadro de enfermedades reumatológicas más frecuentes.