Cosas de aquí | Cuando la devoción se convierte en tradición
La Pasión en primera persona
Cientos de personas presenciaron ayer en Corullón la representación del Calvario, en la que los vecinos son sus protagonistas
Semana Santa es sinónimo de fe, de devoción y de mucha emoción contenida de la que son partícipes millones de personas en todo el mundo. Precisamente en una localidad berciana, Corullón, una parte de sus vecinos han querido aportar su grano de arena a una tradición en la que la Muertes y Resurrección de Cristo está presente y lo han hecho de la forma en la que mejor lo sientes, representando la Pasión en persona, es decir, convirtiéndose durante unos minutos en los protagonistas de un acontecimiento que ha marcado a la Humanidad. La asociación San Esteban, y en concreto sus integrantes, llevan desde hace 17 años reviviendo la Pasión de Cristo por las calles del municipio y ayer, como no podía ser de otra manera, cerca de medio centenar de ellos fueron los encargados de recorrer los casi 500 metros que separan la entrada de Corullón con la iglesia de San Miguel, lugar en el que Cristo es crucificado. Pero antes, a lo largo de tres estaciones los protagonistas de este Viacrucis viviente escenificaron el tradicional Lavatorio, la Última Cena y el Prendimiento, todos ellos entre luces, la del día que empezaba a languidecer y la de la noche que ya avisaba de su inminente presencia. Apenas cien metros más adelante la escena de Jesús ante Caifás supuso si cabe un mayor elemento de emotividad que en la tercera escena, con la participación de Pilatos cobró tintes notorios, lo mismo que en el momento en el que Cristo o José como así se llama el vecino que lo interpretó este año, empezó a cargar con la pesada cruz en la que minutos más tarde sería crucificado delante de la iglesia. Allí fue donde la emoción y el sentimiento cobró su mayor intensidad en los presentes.