Tambor de guerra
ESCARAMUZA británica en las puertas del enemigo... espiaban, dicen... les pillan... ¿se dejaron coger o les enviaron a que les cogieran?... el incidente es gravísimo... y el cartero del Foreign Office se volvió brisca con misivas de disculpa: I beg your pardon, mister Agmadineyineyineagmadineyad ... o como cohone ze yame, añadió el agregado andaluz... quietos todos, que Blair la cagó de nuevo después de creer que las Malvinas estaban en Irak... sus marinos ingleses comparecieron maniatados ante el pretorio de Jomeini Pilatos... convictos y confesos... esto es grave... pero les sueltan... ¿y el precio?... ¿y allí qué estaban haciendo?... una teoría: el incidente no fue casual, estaba calculado, se buscaba el encontronazo, el empujón que pone prólogo a la bronca, no me toques, no me espíes, qué sí, que no, que te arreo, que te doy... se calientan las vísperas porque se piensa que esto es un prólogo, un tensionar lo que hace tiempo se viene anunciando, la prometida invasión de Irán para disuadirles de su fiebre nuclear que, sumada al párkinson fundamentalista islámico en el que naufraga aquella tropa nerviosa, nos hace temer a todos que se les vaya a caer la bomba de las manos y tengamos un estropicio morrocotudo... a invadir... la amonestación es inútil... la ONU es nadie... y Bush es demasiado... tiene sus perros en la zona... que no vuelvan de allí... manda más perros, tío Bush... y si tienen que volver, que lo hagan cruzando Irán y no los mares, que repartan la estopa que les quede en rebatina por los nuevos andurriales iraníes... Me dice Javier Nart que el incidente de los marinos británicos no es probable que fuera calculado como maniobra de tensión provocadora, sino que fue torpeza y una monumental cantada... ojalá, nos dijimos, porque ciertamente suena esta cosa a tambor lejano de algo cercano... porque por lo mismo que cuesta traer a casa a los ejércitos de ocupación en Irak, se les hace pasear un rato por Irán y, así, se mete el miedo en el cuerpo al imán de los imanes y a todo el mundo mundial y muy aterrado que verá cómo automáticamente a los barriles de petróleo les salen de nuevo alas para volar por las nubes más altas de Wall Street conmocionando a las economías occidentales, que es el segundo objetivo de toda barrila bélica, joder al amigo con la disculpa de cepillarse al enemigo...