CRÉMER CONTRA CRÉMER
Las nuevas pobrezas
LA UNIVERSIDAD de León, además de dedicar sus muchos y beneméritos esfuerzos en dotar a la masa estudiantil de los medios intelectuales y científicos para conseguir al cabo de los estudios hombres de provecho, incluso aunque se dediquen a la política, pues quería decir concretamente que la Universidad leonesa, parida con dolor, dándose cuenta de la verdad de nuestra hora, ha montado un tiempo de estudio muy especial: Durante cuatro días y mediante la intervención de profesores ilustres analizarán el fenómeno de las nuevas pobrezas. Inaudito tema, precisamente en el censo representativo de una ciudad española, alineada entre los pueblos más ricos del mundo y más globalizados. La idea merece no sólo la atención, sino la devoción de doctos e indoctos, de pobres y ricos, de militares y paisanos, porque la pobreza es, señoras y señores, el más quebrantador de los males sociales. Somos malos cuando somos pobres. Y dado que, pese a los signos en los que reparan los ricos el país (que se dice de la España grande y democrática) continúa manteniendo un nivel de pobrezas muy sensible y doloroso, no tenemos más remedio que aplaudir con entusiasmo la iniciativa de la Universidad y el espíritu de solidaridad y de redención de penas por el trabajo que conforman la programación de esta agitada situación de la pobreza, ahora pobrezas en plural, porque la necesidad, el agobio económico y cultural, la dramaturgia de la desigualdad de las clases y la burlería de los salarios de miseria, siguen siendo motivo de hondísima preocupación, aunque nuestros padres procesales o tutelares dediquen sus saberes y sus talantes a la esgrima verbal para culparse los unos a los otros de ser mecanismos para el mantenimiento social de la pobreza como instrumento de provecho apto para aprovechados. Si insistimos en pensar en los muchos pobres que forman la capa más gruesa del mundo, tendríamos temas, asuntos o motivos para revolvernos el alma. Pero sabemos lo que es la pobreza en nuestras propias carnes y no necesitamos sino que se nos aclare qué se quiere esclarecer con nuevas pobrezas cuando se intitulan así los trabajos que se preparan: ¿Qué debemos entender con «nuevas pobrezas» ¿Tal vez que por una vez y para siempre vamos a dejarnos de hipocresías y dedicar todos nuestros esfuerzos en erradicar la pobreza en general del mundo? ¿Y cómo creen los ilustres doctores que puede llevarse a cabo este ejercicio saludable de reivindicación, de equilibrio social y de equidad democrática y religiosa? ¿Es una invitación a la revolución social o simplemente una anotación para convertir una tragedia universal en un motivo literario o de mero análisis científico?... ¿Quién pondrá el cascabel al gato?... El señor conde recibe la llamada de un mendigo peregrino cuando celebraba un sarao de alta alcurnia. Y el mayordomo le pregunta: «Señor conde, unos pobres solicitan ayuda, ¿qué les digo?¿» Y el conde responde: «Que les echen de comer¿» Y no sólo de pan vive el hombre, señor conde.