Diario de León

Cosas de aquí | Sustancia de la tierra

De la Cepeda para el mundo

Uno de nuestros grandes poetas vivos, Eugenio de Nora, protagoniza la nueva entrega de la Biblioteca Leonesa de Escritores que el Diario entrega mañana

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E. Gancedo - león
León

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La Biblioteca Leonesa de Escritores, los 52 volúmenes que el Diario de León viene ofreciendo a sus lectores en una colección única e irrepetible, alcanza su entrega número 24 con Sustancia de la tierra , libro que se ofrece mañana a los lectores de este periódico al precio simbólico de un euro y medio. Se trata de una cuidada antología poética del escritor de Zacos Eugenio de Nora, con algunos de los versos más representativos de su amplia, fecunda y sugeridora trayectoria. El profesor Santos Alonso, encargado de seleccionar y presentar estos poemas, señala que Eugenio de Nora es, sin duda, un escritor «fundamental en la renovación poética de nuestro país tras la terrible fractura que supuso la Guerra Civil. La crítica ha reconocido en Nora a un autor adelantado a su tiempo que fue desbrozando caminos expresivos por los que luego caminaron otros. Alzó la voz contra la intransigencia, la injusticia y la hipocresía, convirtiéndose en el estandarte de la poesía social». Y es que siendo todavía estudiante en la Universidad Central de Madrid, funda con Victoriano Crémer y Antonio González de Lama la renovadora y rompedora revista Espadaña . Catedrático de la Universidad de Berna y gran teórico de la novela española contemporánea, su producción literaria destaca en el ámbito de la poesía con títulos como Amor prometido , Cantos al destino , Pueblo cautivo , Contemplación del tiempo , Siempre , España, pasión y vida , No he de callar ... es premio Castilla y León de las Letras. Como ejemplo de dos de sus más íntimas y comprometidas preocupaciones, España y los problemas sociales, ahí van dos fragmentos de sendos poemas relacionados con estos asuntos; el primero, País , dice así: «País rico en sol; en sangre/ vertida y seca al sol, para que adorne/ (dicen ellos) la enseña; país rico/ en olivos, naranjas, monjas, cobre,/ panderetas y vinos; mucho espíritu/ y bastante ganado./ País rico en tradiciones/ sacrosantas, Historia y grandes muertos./ País rico en salvaciones./ País rico en ricos./ Sólo el pueblo/ pobre./ País desde luego antiguo./ Milenario/ o más. No sólo en piedras y en nombres/ igualmente gastados, sino en usos,/ costumbres, feudos, y sobre todo en devociones/ in me mo ria les./ País viejo,/ padrastro ya inmisericorde,/ con delirios (ay, de grandeza, dicen),/ manías y rencores/ de viejo loco./ Sólo el pueblo/ Joven». Y Barcelona , escrito en marzo de 1951 con motivo de la protesta y huelga general acaecida en esa ciudad, culmina así: «Pero tú, proletario, no huyes: edificas,/ y alzas con mano firme la esperanza del Mundo./ Trabajador, obrero, camarada: oye/ esta voz, que es la tuya, llamándote al combate y al triunfo./ Una clase que se alza. ¡Salud! ¡Todos a una!/ Tu libertad es la del hombre. Tu futuro es el Mundo».

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