El dulcísimo enigma de la mujer

DESDE ADÁN, el del Paraíso Terrenal a nuestros días, la humanidad ha cumplido su misión en la tierra como Dios ha querido, con manzana, con serpiente tentadora y desatando los instintos. Y en ese tremendo pleito de vivir de la mejor manera posible, la mujer ha sido y sigue siendo, un dato importante, imprescindible si queremos averiguar de verdad lo que somos y cómo y por qué somos como somos. Las walquirias y las Amazonas ocuparon un capítulo tan importante en nuestras vidas que a estas alturas históricas en la que nos encontramos, intentamos mantener el espíritu de dominio que el hombre se atribuyó y necesitó cuando las bravas bravísimas señoras de decidieron hacer la guerra y dejar el amor para el perezoso varón. Y hubo guerras como las de ahora, y caciques como los de siempre. Y la mujer, vuelta a la casa después de abandonar la espada y el caballo. Y del predominio de la mujer con arco y flechas, se pasó a la «mujera» para el trabajo. Que ya lo dice la filosofía islamista: «Mujera para trabajo, hombre guerra». Y dando guerra sigue el hombre o por mejor decir seguía hasta que la mujer tiró de navaja, cambió la falda airosa por el provocativo pantalón y comenzó a dominar la tierra, los hombres y los frutos. El resultado es esta civilización que estamos disfrutando, diga lo que diga Don Mariano Rajoy, para el cual, según se desprende de sus palabras y de sus hechos no hay títere erecto, ni varón que no se pueda domar. El hombre sometido cede a las tentaciones de la hembra y establece con ella una Sociedad limitada para toda la vida, que suele ser hasta que le da a la señora por encontrar insoportable al varón elegido y se divorcia. Y León, por ejemplo, que es un pueblo pacífico y enamoradizo, descubre su intimidad registrando en tan solo doce meses cerca de 70 (setenta abortos), que es la forma más cruel de desligarse del compromiso del amor eterno. La mujer rompe el vínculo por do más razón había para sostenello y no enmendallo y anuncia al compañero que si quiere hijos que les pida a los Reyes Magos. Desde aquella decisión tremenda, la sociedad adquirió el color de la tragedia y a la mujer maltratada y pacífica está sucediendo la mujer de armas tomas y de armas para sus reivindicaciones, decisión tan extremosa que puede darse el caso de esa adolescente colombiana, de la localidad de Chiriguaná. Respondió a los requerimientos románticos de su vecino Martín Moreno Martínez, con una descarga de perdines que le dejaron seco, justamente el tiempo necesario para lamentarse ante la muchacha asesina: «¿Por qué me friegas asina?». O sea que le mató. Y lo intranquilizador del caso es que el destino de la adolescente matadora (no tenía más allá de los 20 añitos) deberá ser decidido nada menos que por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. La escopetera y el periódico local «El Heraldo» recoge el episodio, a través de la explicación de la madre del galán sacrificado: «Mi hijo solía fregarle la vida a todas las mujeres del pueblo». Bueno pues ni así, se puede ir tirando tiros por las calles de Chiriguaná.s