Diario de León

La comunidad científica se ha convertido en el último daño colateral del conflicto

La guerra de Irak amenaza el puesto de científicos españoles en EE.UU.

El desvío de fondos deja sin dinero a cientos de laboratorios que están reduciendo personal

Publicado por
Tatiana López - corresponsal | washington
León

Creado:

Actualizado:

Aunque la noticia saltaba a la prensa hace unas semanas, María Jiménez, española e investigadora en Estados Unidos, hace tiempo que sabe que la guerra de Irak podría dejarla sin trabajo. «Yo me salvé por los pelos, pero después de mí, mi laboratorio no pudo volver a contratar a más personas», asegura para Diario de León esta bioquímica especializada en reproducción. Afincada en Washington desde hace dos años, como ella miles de científicos, decenas de ellos españoles, temen estos días sufrir los daños colaterales de un conflicto cuyo coste está a punto de rebasar los 3 billones de dólares. Con los peores recortes presupuestarios de los últimos 30 años, la comunidad científica se ha convertido en la última víctima de Bush. «El presidente ha abandonado la lucha contra el cáncer para atender sólo a la lucha contra terrorismo», publicaba hace unos días la revista The Lancet . A tan sólo unos meses del setenta aniversario de la Asociación Americana contra el Cáncer, la publicación ponía en evidencia una realidad camuflada entre presupuestos millonarios. «¿De qué sirve que den miles de millones si todos van destinados al bioterrorismo?», aclara María, quien ejerce sus funciones en el Centro de Salud Nacional de Bethesda. No le falta razón. Con las investigaciones básicas marginadas de las grandes cifras, tan sólo la biodefensa, la gripe aviar y la física (fundamental para la industria armamentística), han sobrevivido a la criba del presidente. «Es una cuestión de prioridades. Si tu investigación no va a dar beneficios inmediatos puedes estar trabajando con maquinaria de hace 40 años». Quien habla es César Petri, natural de Murcia y especializado en la mejora genética de árboles frutales. Su contrato no será renovado en octubre por falta de fondos. Tras varios años trabajando para el departamento de agricultura estadounidense, sabe que no sólo su campo se verá afectado por los recortes. Se salva el etanol Con 500 millones menos para la NASA y fuertes ajustes en Medicare, el programa de asistencia médica gratuita para pobres, sólo las investigaciones relacionadas con el etanol como nuevo combustible, y de cuyo comercio exterior se encarga desde el pasado noviembre Jeb Bush, hermano del presidente, ha salido beneficiado en el programa de subvenciones. «El panorama no es positivo -dice Petri- pero no es una novedad; los grandes descubrimientos se han hecho siempre con poco presupuesto». «Yo me salvé por los pelos, pero después mi laboratorio no pudo volver a contratar a más» MARÍA JIMÉNEZ Bioquimica en Estados Unidos

tracking