Diario de León

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Gallecia lo celebra con mencía

La Asociación de Sumilleres de Galicia, una de las más activas del país, realiza una exhaustiva cata en el Bierzo que clausura con un monográfico de maderas dirigido por Ignacio de Miguel

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B. Fernández - cacabelos
León

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Están de celebración y entre las actividades programadas en el año de conmemoración del décimo aniversario de su constitución, la Asociación de Sumilleres de Galicia Gallaecia, que reúne a profesionales del vino relacionados con actividades tan diversas como la elaboración, la enseñanza y la hostelería, y que bajo la presidencia del coruñés Luis Paadín viene desarrollando una intensa actividad, decidió realizar un profundo acercamiento a la realidad vitivinícola del Bierzo y la mencía. Lo hizo en dos jornadas de trabajo en la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, donde los cuarenta participantes en el curso pudieron catar hasta ochenta vinos distintos, y en algunas de las bodegas de referencia de la comarca, en concreto Estefanía-Tilenus SL, Descendientes de J. Palacios y Dominio de Tares a lo largo del lunes y en la gallego berciana Martín Códax ayer. Aunque no es habitual que en una bodega se caten vinos de otra, la excepcionalidad en el caso de Martín Códax tiene un nombre propio y una razón: Ignacio de Miguel, el prestigioso enólogo al que se vincula con un cierto perfil del famoseo nacional como asesor de bodega, lo es también de firma cacabelense en lo relativo a la elaboración. De Miguel cerró un monográfico de maderas. Y lo hizo en el escenario excepcional del patio de la propia bodega, en la calle Santa María, paso obligado de los peregrinos en tránsito hacia Compostela. Se trataba de catar dieciséis vinos por pares, para apreciar la influencia de la madera sobre ellos. Para empezar, dos blancos viognier de los Montes de Toledo, de depósito y barrica. Y otros dos de dos cosechas distintas: 2002 y 2004, distintos también por tiempo de barrica. El resto de la cata se hizo con un vino único: un tinto del 2005 de un año de crianza con un 50% de syrah, un 40% de cabernet sauvignon y un 10% de tempranillo elaborado también en Castilla-La Mancha. El primer par procedía de barricas Demptos francés y americano; el segundo de otro tonelero de prestigio, Vicard, de 300 y 225 litros de capacidad; para el tercero el roble era de Seguin Moreau del Cáucaso y francés, y, en fin, sólo francés, Boutes, para el cuarto, de tostado medio y medio plus. La cata se cerró con cuatro vinos de la casa: un joven mencía contra uno de mes y medio en barrica Vicard y, lógicamente, un Cuatro Pasos y un Martín Sarmiento, con dos y algo más de seis meses en madera. Un botillo en La Mancloa de San Lázaro despidió a los gallegos, para los que Jose Quindós y Susi Nistal actuaron de ejemplares anfitriones.

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