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Casi la mitad procedían de China, muchos eran falsificaciones y sólo 15 eran de origen español

Bruselas retiró el año pasado mil productos peligrosos del mercado

España fue el quinto país que más objetos vetó por constituir un riesgo para los usuarios

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efe | bruselas

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España envió en el 2006 un total de 79 notificaciones al sistema de alerta rápida de productos no alimentarios peligrosos (Rapex) de la Comisión Europea, y se situó como el quinto país de la Unión Europea con un mayor número de denuncias. Son datos publicados ayer por la Comisión Europea en el informe anual del 2006 del sistema Rapex, que advierte del aumento del número de productos peligrosos retirados del mercado de la UE en el 2006, tales como mecheros, peluches, sillas para bebés, ladrones, aerosoles, secadores de pelo, fajas de adelgazamiento, calentadores de agua o planchas. Con esa cifra, España contabilizó en el 2006 un 9% del total de las 924 notificaciones recogidas por el Rapex (701 en el 2005 y 388 en el 2004) en el Espacio Económico Europeo (UE, Noruega, Islandia y Liechtenstein), en su mayoría juguetes (24%), aparatos eléctricos (19%), vehículos de motor (14%), material de iluminación (11%) y cosméticos (5%). Por delante de España, el informe refleja que Alemania, con un 16%, fue el país que contabilizó más avisos (144), por delante de Hungría (140), Grecia (98) y Reino Unido (92). Un año antes, en el 2005, España hizo 42 notificaciones, lo que supone un 88% más que en el 2006, en el que, por otra parte, 15 de los productos de los que se advirtió al sistema Rapex como peligrosos (2% del total) eran de origen español. Según el informe, 440 de los productos peligrosos encontrados en 2006 (un 48% del total) eran procedentes de China y muchos de ellos, al igual que el resto de los notificados, «suelen llevar ilegalmente el anagrama CE », que advierte falsamente al consumidor de que es acorde a la normativa comunitaria, según explicó un técnico de la Comisión Europea. Entre los riesgos más frecuentes de estos productos figuran las lesiones (25% del total), la descarga eléctrica (24%), el posible incendio y quemaduras (18%), la asfixia (14%) y componentes químicos peligrosos (9%). Entre los objetos denunciados y expuestos en una pequeña muestra organizada por el sistema Rapex, por ejemplo, una faja de adelgazamiento abdominal a la venta hasta el pasado año podía alcanzar los 180 grados de temperatura sin ningún dispositivo de seguridad para evitar a su usuario una quemadura. Por ello, la comisaria europea de Protección al Consumidor, la búlgara Meglena Kuneva, subrayó la eficacia de Rapex y recordó que «cada ciudadano puede contactar con las autoridades y denunciar que un producto es peligroso para su hijo» y que éstas «están obligadas a retirarlas del mercado». En España, los centros europeos del consumidor a los que pueden dirigirse los ciudadanos se localizan en Madrid, Barcelona y Vitoria, según una lista accesible a través del último punto que figura en la página web http://ec.europa.eu/consumers/redress/ecc_network/index_en.htm La comisaria pidió una «mayor participación de todos los Estados miembros» para seguir incrementando las cifras de productos peligrosos a través de Rapex.