Con León en el paladar

La nueva edición del Salón Internacional del Club de Gourmets es una exhibición de productos para todos los sentidos en el que hay momentos culmen como un botillo en una vitrina. Rizar el rizo sería esa pata de conejo ahumado, que de la mano de Artesa causó auténtico asombro. Los productos leoneses, en todas sus vertientes, deslumbraron por una inacabable propuesta. Cecinas Nieto, Arau o Palcarsa, mostraron la que es tal vez la joya del embutido leonés. José Ramón Álvarez, de Palcarsa, avanzó que la venta exterior cobra un gran impulso: «Ayer salieron de nuestra fábrica 19.000 tablas de lomo, salchichón y chorizo rumbo a Suecia», contó Álvarez. Pero no de cecina: «A los daneses y a los suecos no les gusta». En cambio Conchi Nieto, de la empresa familiar Cecinas Nieto, explicó que sí puede tener cabida en los países nórdicos. Según la organización del Salón del Gourmet, hasta 40.000 productos están siendo objeto de negocio estos días. «La gente que viene es selecta y exigente y quiere cosas nuevas. Nosotros presentamos una cecina en barra, con la misma calidad y sabor que la tradicional y pensado para la comodidad del consumidor», explicaba José González, de Embutidos Arau. Después de la cecina, tras unas aceitunas Lupy, las setas silvestres de Frutobos se convirtieron en parada y casi fonda, porque el público y los profesionales corroboraron el boom que vive la micología. Los pimientos del Bierzo fueron, cómo no, unos invitados de lujo y ya unos viejos conocidos para los amantes de esta auténtica exquisitez casera. Ibsa aprovechó ese tirón para presentar la novedad de su cebolla caramelizada y un maíz dulce ecológico. En este paseo que combina tradición y delicatessen, el queso de León también tuvo sus minutos sabrosos. De Boca de Huérfano, la empresa Piedra de los Mártires, con Onofre González al frente, trajo su Villa de la Reina, que según los expertos está llamado a convertirse en un gran éxito inminente. No podía faltar Tomás Alonso con su Queserías Picos de Europa. «Ya exportamos el 50 por ciento de lo que producimos», señaló. También para productos selectos Campomar y chocolates Peñín, con la novedad de una nueva serie de bombones llamada músicos Peñín. Chocolates Santocildes, de Castrocontrigo, con Fernando Fernández al frente, ofrecía sus productos y repartía sabiduría y amabilidad. Un espacio aparte merecen los Nicanores de Boñar, ese invento de un visionario, Nicanor Rodríguez, que se adelantó más de un siglo a todo lo que de delicatessen propone este Salón que mañana cierra sus puertas.