El debate se serena

HA BASTADO que ETA haya mostrado su nula voluntad de renunciar a sus exigencias máximas para que una cierta calma haya serenado nuestra vida política. Es una curiosa e inesperada paradoja. Pero es cierto que el PSOE y el PP han dejado de actuar como desgarramantas en la lucha antiterrorista. Da la impresión de que ETA los ha acercado y les ha hecho ver que, por mucha confusión que siembren, el enemigo no es ninguno de ellos, sino el terrorismo. Espero que no sea un espejismo y que la realidad consolide estas buenas expectativas, tan deseadas por la mayor parte de los españoles. Hay que decirlo con claridad. Se echaba en falta que el presidente del Gobierno hablase de algo más que del incierto proceso de paz. Su intervención en la sede de la Bolsa -repasando las cuentas de España- tuvo la virtud de escenificar ese cambio de discurso. Zapatero nos habló de lo muy bien que va todo en la octava potencia del mundo, y de lo muy bien que nos va a seguir yendo. No importa si el mensaje era algo exagerado, lo que importa es que hablaba de un país vivo, ambicioso y entusiasta, cuyas empresas son reconocidas en el mundo por su empuje y capacidad. Más que lo que decía, importaba el tono, que no dejaba lugar a dudas. España va bien, y ya era hora de que esta noticia tuviese su hueco en la agenda política. ¡Albricias! Y que no decaiga. El PP tampoco ha echado más leña al fuego. Se ha limitado a criticar aspectos formales (como el hecho de que el presidente compareciese en la Bolsa y no en el Congreso), pero sin desgañitarse desmintiéndolo. Porque no es desmentible en términos generales, aunque se haya excedido en la generalización de la bonanza y en las garantías de que esta perdure. Ni siquiera el juicio del 11-M es ya motivo del encono cotidiano. El propio Acebes, siempre dispuesto a culpar al Gobierno de todo, parece desconcertado y reiterativo, sin nada sustancioso que llevarse a la boca. No sé si esto durará, pero estoy con quienes desean que Gobierno y oposición discrepen tanto como quieran, sin poner en peligro las cosas importantes que hemos conseguido: esas que han hecho posible que seamos la potencia de la que presumimos. Ojalá tomen nota y no vuelvan a las andadas.