La segunda hija de los Príncipes será inscrita en el Registro Civil de la Familia Real
La nueva infanta ocupa el tercer lugar en la línea de sucesión al trono español
Irá en el vigésimo segundo asiento del libro de nacimientos, defunciones y matrimonios
Sofía de Borbón Ortiz nació infanta de España y alteza real, un título reservado a las hijas de reyes y de los príncipes de Asturias, pero no a los hijos de los infantes. Es decir, los seis primos de Sofía y Leonor sólo son Grandes de España. Entre otras distinciones, los infantes tienen derecho a ser enterrados en el monasterio de El Escorial, en el panteón real. Además, la pequeña Sofía ocupa el tercer lugar en la línea de sucesión al trono, listado que no tiene categoría jurídica aunque sí peso social. Tan sólo su padre y su hermana mayor, la infanta Leonor, le anteceden en derechos a la Corona española. Detrás de ella se sitúan su tía Elena y sus hijos, Froilán y Victoria; y su tía Cristina y sus descendientes, Juan, Pablo, Miguel e Irene. Ésta última ocupa el puesto undécimo en la línea hacia el trono. La segunda hija de los Príncipes de Asturias y octavo nieto de los Reyes, que nació ayer en la clínica Rúber Internacional de Madrid, será inscrita en los próximos días en el Registro Civil de la Familia Real. Será el último asiento, en concreto el vigésimo segundo, de un libro único en el que figuran los nacimientos, defunciones y enlaces matrimoniales de los miembros de la Familia Real española, que está a cargo del Ministerio de Justicia y que custodia la Dirección General de Registros y Notariado. Se reguló por el Real Decreto 2917/1981 de 27 de noviembre y, según su artículo primero, en él puede figurar todo hecho o acto que afecte «al Rey de España, su augusta consorte, sus ascendentes de primer grado, sus descendientes y al príncipe heredero de la Corona». El índice del registro es por orden de apuntes, que realiza un pendolista -apenas quedan ya personas con este oficio-, y no tiene distinción de secciones, por lo que el nacimiento de la segunda hija de don Felipe y doña Letizia figurará inmediatamente después del de su hermana mayor, la infanta Leonor, a su vez precedidos del de su prima Irene Urdangarín y del matrimonio de sus padres, los príncipes. Abierto en 1981 El libro especial dedicado a la Familia Real se abrió en 1981 con el traslado a él de la inscripción del nacimiento de Don Juan Carlos, hasta entonces recogida en el Registro Civil Central. Tras esa inscripción, el libro recoge los nacimientos de la Reina, el matrimonio de los Reyes y los nacimientos de sus tres hijos, las Infantas Elena y Cristina, y Don Felipe. El nacimiento del Conde de Barcelona, al igual que el de su esposa, Doña María de las Mercedes, y el matrimonio de ambos quedaron registrados a raíz de la muerte de Don Juan, en 1993. A continuación figuran los fallecimientos de los dos. En él están los nacimientos de los otros siete nietos de los Reyes, Felipe Juan Froilán, Juan Valentín, Victoria Federica, Pablo Nicolás, Miguel, Irene y Leonor, los matrimonios de las Infantas Elena, celebrado el 18 de marzo de 1995, y Cristina, el 4 de octubre de 1977, y el de los Príncipes, el 22 de mayo de 2004. El ministro de Justicia levanta acta de cada nuevo registro, acompañado por el director general de Registros y Notarías, que actúa como secretario. Cuando nació la Infanta Leonor, el 31 de octubre de 2005, el entonces titular de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, solicitó a la Real Academia Española que actualizase el lenguaje de los apuntes. El Real Decreto establece también que «las certificaciones sólo podrán expedirse a petición del Rey o regente, de los miembros de la Familia Real con interés legítimo, del presidente del Gobierno o del presidente del Congreso de los Diputados». Amadeo de Saboya creó en 1873 este Registro especial de la Familia Real, al tiempo que ordenaba otro para el resto de ciudadanos. Tras varias modificaciones efectuadas en 1880 y 1922 fue suprimido en 1931, a raíz de la proclamación de la Segunda República y la marcha hacia el exilio del Rey Alfonso XIII. El libro fue restablecido el 20 de noviembre de 1975, en el primer consejo de ministros que tuvo lugar tras la muerte del anterior jefe del Estado, Francisco Franco. En 1981 el Gobierno, presidido por Adolfo Suárez, estableció en un decreto las normas que regulan el uso de ese libro. Hasta 1873, las inscripciones se realizaban en los libros parroquiales, que se convirtieron en obligatorios tras el Concilio de Trento en el siglo XVI.