El virus de ébola ha matado en cinco años a la cuarta parte de los gorilas de llanura

En una investigación publicada en la revista The American Naturalist, realizada por científicos de la universidad británica de Cambridge y la de Stony Brook (República del Congo), se plantea la teoría de que en la última década el uso de las mismas rutas podría ser la causa de la muerte de miles de gorilas y chimpancés a causa del virus ébola. Hasta ahora se creía que como son raros los encuentros entre distintos grupos de simios, los brotes se deberían a que el virus se transmitiría a partir de un receptor desconocido. Sin embargo, el estudio apunta a que el contagio entre grupos podría producirse a través de rutas comunes como alimentarse en un mismo árbol frutal en el mismo día, lo que favorecería la entrada en contacto con los fluidos corporales de otro grupo. Además, han presentado pruebas que demuestran que los gorilas de un grupo social suelen inspeccionar los cadáveres de ejemplares de otros grupos, lo que podría también ejercer un papel esencial en la transmisión del virus. En el trabajo se destaca la importancia que pueden tener las vacunas para luchar contra este virus porque pueden proteger a un grupo de ejemplares a través de la cadena de transmisión, por lo que el número de individuos a vacunar no sería tan elevado como se pensaba en un principio. Según los expertos, los gorilas de llanura que viven en la República del Congo están en peligro de extinción ya que en apenas cinco años el ébola ha causado la muerte del 25% de la población. En otra investigación, realizada en el santuario de Lossi (frontera de Congo con Gabón), se afirma que el virus se transmite entre miembros de la misma familia (circunstancia que hasta ahora se desconocía), lo que amplía la mortalidad de la población, por lo que si no se toman medidas de protección, la incidencia de la enfermedad y la presión de la caza comercial podrían provocar que la especie desaparezca en cinco años. Aunque el virus del ébola fue descubierto en 1976, no fue hasta el año 2003 cuando se supo que los seres humanos enferman por la manipulación o la ingesta de animales muertos en la selva, y hasta el 2005 que el responsable de su transmisión (lo que en términos científicos se conoce como reservorio), es un murciélago frugívoro que mordisquea la fruta que más tarde es comida por los gorilas contagiándose a través de los restos de saliva.