La industria farmacéutica ofrece a la mujer olvidarse de la regla para siempre

La regla es prescindible. Y no sólo porque el sangrado mensual no sea condición de la buena salud, sino porque además hay ya medicamentos que permiten a las mujeres deshacerse de la incómoda menstruación. El más revolucionario podría empezar a distribuirse en mayo en Estados Unidos. Se trata del Lybrel , una píldora anticonceptiva sin descansos. Aunque las mujeres no tienen que cruzar el charco para librarse de la regla mensual. Lo explica el doctor José Luis Doval, un ginecólogo ourensano que participó en Vigo en unas jornadas en las que se habló de los últimos avances en anticonceptivos. «Aquí prescribimos píldoras con gestágenos que permiten a las mujeres vivir sin regla, con cuatro sangrados anuales. Pero podrían ser menos, lo que ocurre es que cuando se elimina la regla más de tres meses, a veces se producen sangrados irregulares», comenta Doval, que advierte que el descanso que se hace con la píldora «es absolutamente innecesario». «El parón es algo que en el mundo no hacemos más que nosotros y los italianos. Claro que aquí, por cuestiones culturales, la píldora sólo es el anticonceptivo que usan el 19% de las parejas, que prefieren en un 34% de las ocasiones el preservativo, mientras en el resto de Europa es al revés». Los ginecólogos atribuyen estos hábitos a cuestiones culturales, como ilustra el ourensano con un ejemplo: «Se relaciona regla con salud, y luego aparecen mujeres que te cuentan satisfechas: Tuve la regla y sangré muchísimo . Tanto que tienen una anemia». Pero los tiempos cambian, como constatan las decenas de ginecólogos que se reunieron en Vigo. Aseguran que ni la regla ni los descansos entre píldoras son precisos. «Se puede pasar sin ellos, otra cosa son los condicionantes culturales», apunta otra médica. De ahí el auge de la inyección trimestral, que libera a las mujeres de la regla y del riesgo de embarazo. O la píldora de gestágeno, un anticonceptivo hormonal que hace accesible estos métodos a mujeres que, por problemas de salud como la diabetes, hasta ahora debían resignarse a otros sistemas. «Con los avances que hay, el debate está superado, aunque hay factores por corregir, como que el 45% de las mujeres sigan haciendo descansos, y la mitad de ellas porque se lo dice su médico, cuando no es preciso», dice Doval.