CORNADA DE LOBO
Bragueta abierta
APUESTO lo que digas a que tardando nada veremos tendencia en la moda masculina consistente en llevar la bragueta abierta, bien abierta, mostrando el secreto. Primero se verá en pasarelas de delirio extravagante y en fiestorras de superpijos... y después, en la centena de picudos modelnos que tocan de cupo a cada capital provinciana. La razón es que la gente se pirra por exhibir lo que tiene o por parecer que lo tiene. Si ya lo hacen con los coches y la vestimenta, ¿no lo harían con su paquete carrozado en calvincléins o intimisimís?... Esta profecía bragueter es fácil hacerla: la cosa de desbraguetarse ya fue inventada hace tiempo y causó furor en los años barrocos de Quevedo, por quien nos enteramos de cómo en los madriles y sevillas de ricachos de plata indiana y feudalismos redivivos, los pijos firulís de calzas churriguerescas de fieltros y cueros talabardeados llevaban la portañela descaradamente abierta a fin de mostrar los calzones de lienzo fino enriquecido con blondas de Flandes cuyas chorreras esporpolladas sobresalían de las vestiduras como si fuera una nube de encajes anunciando el ciruelo o ramonín. Ya que eran tan caras esas blondas y costaban un huevo (o dos), ¡que se vea el rango, el carajo y la bolsa!... Pues esta será la tendencia a resucitar y copiar en estos tiempos barrocos, ostentosos y malandrines. Si ya enseñamos todo, ¿por qué no también la carísima ropa interior de marca?... Las tías ya han resuelto estas ganas. ¿Qué sentido tiene comprarse unas bragoncias dior si sólo se le pueden enseñar al novio o al marido, pero este, en su costumbre, sólo repara en las de Paulina Rubio?... Debe ser tortura y frustración inconsolable dejarse un pastón en lencerías y que no lo puedan envidiar las amigas y, aún mejor, las enemigas, así que las jais y gachises ya han domesticado la moda para lograrlo en parte bajando la cintura a medio culo y enseñando el delta posterior del tanga donde va la seña de lo que cuestan o la marca que distingue: ¡que se note el rango y la lorza!... Pues los tíos, lo mismo. Empezaron haciendo rajas y rendijas en los vaqueros por enseñar pata y pelambre. Ahora espera la bragueta su desvele. Será el delirio de la homosexualidad andante y la de armario; y de los macarretas de disco y tunning, por supuesto.