Abogan por vincular la innovación tecnológica a la ética y consensuar los tratamientos
Cerca de 11.000 expertos analizan los últimos avances en cardiología
El congreso de Barcelona transmitirá 80 casos reales mediante videoconferencia
Cerca de 11.000 expertos de un centenar de países participan desde ayer y hasta el 25 de mayo en Barcelona en el XIX Congreso Internacional de Cardiología EuroPCR. El congreso, que está organizado por la Asociación Europea de Intervenciones Cardiovasculares Percutáneas (EAPCI, en sus siglas en inglés), se ha convertido en un referente mundial en el ámbito médico y de la investigación científica. El encuentro de este año abordará diversas cuestiones relacionadas con la información, la educación para mejorar la calidad de vida de los pacientes y las nuevas tecnologías en intervenciones quirúrgicas. En este sentido, el congreso transmitirá más de 80 casos reales de enfermedades cardiovasculares en riguroso directo a través de videoconferencias desde 16 hospitales de todo el mundo. Entre los participantes se encuentran cardiólogos, cirujanos e investigadores de prestigio internacional como los españoles Valentín Fuster, Carlos Ruiz y José Luis Pomar; el fundador y director de EuroPCR, Jean Marco, y el jefe de Cirugía Vascular en el Hospital Universitario de Rotterdam, Marc Van Sambeek. Durante la sesión inaugural, el profesor Jean Marco puso el acento en la necesidad de estimular «la investigación, pero sin olvidar que nuestro principal objetivo debe ser informar adecuadamente a cada paciente individual, aplicando la ética de la información». El fundador y director del encuentro explicó que «el objetivo es reducir el riesgo de los tratamientos, así como los efectos dramáticos e irreversibles» y subrayó que «no debemos obsesionarnos con la innovación, que no es una meta en sí misma, sino un medio para reducir la carga de la enfermedad cardiovascular». En la misma línea, Jean Marco consideró que «el gran número de competidores en la industria puede dar como resultado la innovación por la innovación, mientras que nosotros tenemos que dar más importancia al obligado seguimiento a largo plazo a cada paciente individual, y sin olvidar la ética». Además, los cardiólogos y cirujanos defendieron la necesidad de «consensuar y abordar juntos los tratamientos a pacientes con problemas graves de corazón con el fin de mejorar el rendimiento de los mismos» y alertaron sobre los peligros de «la incomunicación» entre las diversas especialidades en enfermedades cardiovasculares. El jefe de la sección de Cirugía Cardiaca del Hospital Clínico de Barcelona, José Luís Pomar, señaló como un error el hecho de que en la mayoría de hospitales de todo el mundo, los servicios de cirugía y los de cardiología se encuentran separados, y aseguró por ello que como «la comunicación entre ambas especialidades no existe, el paciente no tiene, en ocasiones, el mejor tratamiento para su enfermedad». Según Pomar, «el mensaje que queremos transmitir es que la gente entienda que la tecnología para tratar enfermedades cardiovasculares, como la patología valvular, no podrá avanzar sin la unión de cirujanos y cardiólogos». No operar siempre José Luis Pomar y otros especialistas recalcaron que «no siempre hay que operar» en los casos de patologías del corazón, y que para conseguir este objetivo cirujanos y cardiólogos «deben consensuar tratamientos y ponerse de acuerdo, acabar con la incomunicación y relacionarse en beneficio del propio paciente». En opinión de muchos especialistas, todavía habrá que esperar unos «cinco años» para poder ver resultados reales en los campos de la colaboración entre cardiólogos y cirujanos y de las nuevas técnicas que eviten la intervención quirúrgica como la regeneración celular de tejido miocardio a través de células madre del tejido graso o del tejido muscular.