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Investigadores lanzan en España un llamamiento mundial para proteger la amenazada riqueza biológica

La ministra Cristina Narbona conversa con la primatóloga Jane Goodall

Publicado por
A. Prádanos - madrid
León

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Han puesto su carrera al servicio de la vida en el planeta y hoy encabezaron desde España el llamamiento a la conservación de un patrimonio animal y vegetal que se esfuma por momentos. En el Día Mundial de la Biodiversidad, Jane Goodall, la dama de los chimpancés, y Edward O. Wilson, célebre biólogo y entomólogo, aportaron rostros y mensaje a una cruzada que es de todos: queda poco tiempo. Gran parte de la riqueza biológica de la Tierra ha desaparecido para siempre y otra porción está en serio peligro. «La pobreza extrema» de buena parte de la Humanidad y la «extrema riqueza» del mundo desarrollado al que pertenece España forman una tenaza que conspira contra la naturaleza y el acervo biológico del planeta, recordó Goodall. La primera, porque empuja a millones de personas a esquilmar la tierra, talar árboles, comerse cualquier ser vivo, protegido o no, sólo para sobrevivir. La segunda, por la avidez y el consumo insostenible de los privilegiados del planeta, apenas un 20% de la población que arrasa con el 80% de los recursos naturales. El tercer ingrediente de este cóctel letal es el calentamiento global. En los próximos cincuenta años sólo las alteraciones del clima liquidarán o pondrán al filo del abismo al 25% de las especies vivas existentes. Los científicos estiman que si no aminora el ritmo actual de destrucción humana del hábitat natural, la mitad de las especies animales y vegetales catalogadas podrían desaparecer en este siglo. El promedio histórico de extinción era de un mamífero cada 400 años y un tipo de aves cada dos siglos. Según los cálculos más tímidos, en los últimos 400 años se han borrado de la faz terrestre al menos 58 especies de mamíferos y 115 de aves. Éste es el triste telón de fondo del Día Mundial de la Biodiversidad. Estamos ante la sexta extinción masiva de la historia. Apostolado Jane Goodall, premio Príncipe de Asturias 2003 a la Investigación Técnica y Científica, hizo coincidir la presentación oficial de la sede española del Instituto homónimo, con sede en Barcelona, con sus llamadas a la acción. Después de décadas en la cuenca del Congo, la primatóloga dedica ahora 300 días al año a viajar en labor de apostolado ecologista. Su mensaje es claro. Hay que preservar las selvas y bosques húmedos, las franjas verdes tropicales donde reside la mayor parte de la biodiversidad del planeta. Salvarlas será salvar a los grandes primates, chimpancés, gorilas, bonobos, orangutanes... y a nosotros mismos. El paso previo ineludible es elevar el nivel de vida de las gentes que viven alrededor de las grandes reservas naturales.