CORNADA DE LOBO
El ja del «halajá»
HAY dioses tuertos de ojete, dioses ciegos de ira, dioses cargados de códigos, diosas algo putas, ángeles con espadas que arden, profetas que sólo ven apocalipsis, castas sacerdotales que secuestran a su divinidad, teólogos que jamás pasarían de leguleyos zurdos, canonistas bizcos... y una ley judía llamada «halajá» que prohíbe taxativamente muchísimas cosas, entre ellas unas prendas que Zara vende en Israel -donde ya es imperio- porque mezclan en el mismo tejido lino y algodón, lo que los rabinos denominan «mezcla impura», algo contra natura que ofende a Yahvé, jodó, ya ves, tela prohibida, pues el «halajá» (uy, que me parto) condena el acoplamiento de animales de distanta raza, la creación de nuevas especies frutícolas o el apareamiento de plantas diferentes aunque sea en una tela. Zara, por la cuenta (corriente) que le trae, se ha deshecho en disculpas ante las autoridades religiosas hebreas y promete enmendar urgentemente tan grave error. Tela. Y reparará a los damnificados. Más tela. ¿Quiénes fueron los que redactaron esas leyes metiendo a yahvés en costuras, a alás en cintura o a cristos en ayunos que se eluden pagando bulas? El reglamentarismo es un vicio humano para hacer a los dioses más jueces y poderosos, lo que a su vez permite que sus sacerdotes sean más importantes en el rango, en la norma y en la vara. Pero quien discurre la ley encontrará la trampa. Un jeque árabe será sancionado por la máxima autoridad suní por haber permitido que las mujeres de su empresa amamanten a sus colegas varones a fin de poder trabajar juntos en el mismo despacho: «dos adultos de distinto sexo pueden trabajar juntos en un mismo despacho si la mujer ha amamantado al varón y se ha convertido en su «madre de leche», pues de otro modo la cohabitación en un mismo lugar cerrado es ilícita. Según una recomendación del mismísimo Mahoma, para que esa cohabitación sea lícita, basta con que la mujer amamante cinco veces al hombre»... A ver, tú, Shalima, dale teta a Mohamed que me le tengo que trasladar a este despacho. Y tú, Mojamed no te pases de listo, que ya llevas tres cambios de despacho en lo que va de mes... Hay muchos dioses que viven como dios gracias a que viven adosados a la irracionalidad y el sortilegio.