Diario de León

Cosas de aquí | Erudición astorgana

Maragato frente a berciano

La Biblioteca Leonesa alcanza mañana su volumen número 30 con «Cisne sin lago», donde el gran Ricardo Gullón analiza, punto por punto, la obra de Gil y Carrasco

Publicado por
E. Gancedo - león
León

Creado:

Actualizado:

Ricardo Gullón, maragato universal, académico de la Rae y uno de los críticos e investigadores de la literatura más importantes de cuantos tuvieron su nacimiento en estas tierras, es el protagonista del nuevo volumen que el Diario ofrece mañana a sus lectores dentro de la gran Biblioteca Leonesa de Escritores; como todos los demás, al simbólico precio de tan sólo un euro y medio. Se trata de Cisne sin lago , todo un ejemplo de análisis, desentrañamiento y profundización en la vida y en la obra del escritor cisastur más relevante del Romanticismo: Enrique Gil y Carrasco. Cisne sin lago , como explica su hijo Germán Gullón, encargado de presentar la obra, «toma prestadas para su título unas palabras del biografiado, Enrique Gil y Carrasco, uno de los autores más proteicos del Romanticismo español y personaje dramático pleno de interesantes perspectivas. Ricardo Gullón da muestras de su talla investigadora y literaria en una obra deslumbrante, tanto por la minuciosa indagación como por la erudición esclarecedora, siempre al servicio de una visión global». Licenciado en Derecho, Ricardo Gullón (Astorga, 1908-Madrid, 1991), desempeñó varios puestos de fiscal en distintas ciudades. En 1957 un encargo de la Universidad de Texas reconduce su vida profesional hacia la docencia de la literatura española en distintos centros norteamericanos (Stanford, New York, California-Los Ángeles, Chicago y California-Davies). En 1989 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y un año más tarde fue elegido miembro de la Real Academia Española. Recorre Ricardo Gullón todas las etapas y fases de la vida y la producción literaria del autor de El señor de Bembibre , desde su nacimiento villafranquino, origen de su concepción del Bierzo como pequeño paraíso verde y montuoso, cuna de toda su mitología personal proyectada hacia lo histórico y lo paisajístico; sus estudios; su apertura al exterior; su contacto con las grandes corrientes y movimientos literarios mundiales; sus visitas europeas... y todo ello sin perder la perspectiva, que en su caso era el Bierzo y esa «provincia interior», como él llamaba a León, a la que dedicó inolvidables textos; a los maragatos, a los pastores y arrieros, a los montañeses... Especial atención dedica Ricardo Gullón a la faceta viajera y observadora de Gil y Carrasco, aquella que le llevó a contemplar pacientemente los filandones leoneses y las esfoyazas asturianas, a intuir el temor del aldeano a «las asechanzas de la Huestia y los encantos de las xanas », escribe. Aquella que, no obstante, le hizo clamar: «Yo de mi patria abandoné los montes/ Por esa soledad que llaman mundo,/ Y la luz de los nuevos horizontes/ No iluminaba mi dolor profundo».

tracking