Diario de León

Asegura que quiere vivir tan sólo hasta el momento en el que su madre muera

Li Yan, la primera china que pide, a través de su blog, una muerte digna

La joven, de 29 años, sufre una enfermedad degenerativa que la dejará totalmente inmóvil

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Antonio Broto - chinyuan
León

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Se declara admiradora del español Ramón Sampedro, cuya historia conoce gracias a la película Mar adentro : se llama Li Yan, tiene 29 años, padece una grave enfermedad degenerativa y con su blog se ha convertido en la primera persona que pide la legalización de la eutanasia en China. Li, toda una celebridad en el país debido a su bitácora y a su aparición hace un mes en la televisión nacional, defiende su derecho a «morir dignamente» dentro de unos años, cuando su enfermedad haya impedido del todo su movilidad y su madre no esté para cuidarla. Legalización Hasta entonces, según relató en una entrevista a Efe en su casa de Yinchuan (noroeste de China), continuará con su blog, intentará hablar con los legisladores y pedirá que su país legalice la eutanasia, que en mandarín se llama «anlesi» («muerte tranquila y feliz»). «Hace unos 10 años que la idea de la muerte me pasa por la cabeza. Lo que más me intranquiliza es pensar en el futuro, pues un día mi mamá no estará para cuidarme. ¿Qué haré entonces?», se pregunta Li, mientras su madre, a su lado, asiente con la cabeza. «Sufro mucho al ver que cada día puedo moverme un poco menos, pero, sobre todo, al ver cómo la cara de mi madre se va llenando de arrugas», cuenta la joven. Li padece distrofia muscular progresiva, enfermedad que la obliga a usar una silla de ruedas desde los seis años, y en el futuro podría impedir hasta su capacidad para respirar. Puede mover cabeza, manos y dedos -lo que le permite escribir el blog, o pintar- y desplazar ligeramente su cuerpo para acomodarse cuando está sentada. Por las noches, cuenta, sueña que puede caminar y va con tacones altos por la calle. La joven de Ningxia -una de las regiones más remotas de China- no presenta ningún rastro de depresión: sonríe con facilidad y tiene ánimos para llevar un día «ocupadísimo», como ella dice. Cuando no escribe el blog o investiga formas de continuar su campaña pro eutanasia, se dedica a pintar por ordenador cuadros con un increíble detallismo, que pronto va a exponer en su ciudad. Por todo ello, Li señala que su deseo de morir dignamente por ahora está pospuesto: «No soportaría que mi madre sufriera; mientras ella viva y yo pueda moverme algo, seguiré aquí, pero luchando por una muerte sin dolor», asegura. No siempre pensó así. Hace unos años, durante una discusión con su madre debido a sus ideas, la joven decidió dejar de comer y morir de hambre. Así estuvo 36 horas, pero al ver cómo sufría su madre volvió a comer y prometió no intentar nuevamente algo así. «Estoy a favor de la lucha de mi hija para legalizar la eutanasia, pero mientras viva no dejaré de cuidarla», señala entre lágrimas su madre, próxima a los 60 años. Añade que nunca ha buscado ni querido ayuda de asistentes sociales: «El amor de una madre es insustituible, y hay ciertas cosas que sólo yo puedo dar a mi hija», afirma.

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