SINCROTRÓN SOLEIL
Desde el corazón de las moléculas al magma de las profundidades
Otro de estos artilugios es el que se localiza en el sur de París. Se trata del nuevo laboratorio de física de partículas Soleil, en el que los investigadores podrán ver el corazón de la materia y lograr avances en el conocimiento de lo infinitamente microscópico. Este gigantesco aparato está preparado para recibir cada año a 2.000 investigadores en los diferentes laboratorios que funcionarán en él: de electrónica, farmacéutica, ciencias de la tierra y materiales. Bajo la luz del sincrotrón se podrán estudiar desde las proteínas hasta el magma que se encuentra en las profundidades terrestres. El laboratorio se encuentra instalado en un edificio circular que forma un anillo de 354 metros de circunferencia donde giran, a la velocidad de la luz, paquetes de electrones acelerados a 2,75 miles de millones de electronvoltios. Sometidos en su carrera a campos magnéticos que curvan su trayectoria o bien la hacen oscilar en onduladores (series de pequeños imanes yuxtapuestos), estos electrones liberan su energía bajo la forma de rayos luminosos de una intensidad extraordinaria (mayor que la de los rayos del Sol). El haz de luz conseguido es más fino que un cabello y con capacidad para penetrar en los rincones más íntimos de la materia. La originalidad de Soleil, según su director, es que sus diseñadores han previsto utilizar ese rayo sincrotrón, que da su nombre a la máquina, «en todo el campo espectral, desde los rayos X a los infrarrojos, pasando por la luz visible y los ultravioletas». Para observar cómo la molécula de un medicamento penetra en una célula o para obtener una imagen de la materia a la escala del electrón no se recurre a la misma parte del espectro luminoso, es necesario utilizar una luz cuya longitud de onda sea del mismo tamaño que la del detalle que se desea observar. El haz preciso de Soleil permitirá, por ejemplo, observar cómo se organizan las proteínas dentro de una célula, así como examinar el comportamiento de capas de átomos. Los rayos X emitidos por el sincrotrón podrán servir también para grabar por litografía minúsculos moldes de unas micras para la fabricación de piezas destinadas a la microcirugía.