El galardonado se muestra «profundamente honrado» por el reconocimiento
El ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore aseguró ayer que se siente «profundamente honrado» con la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2007, fallado ayer en la ciudad española de Oviedo. En una nota difundida ayer por su oficina de prensa, Gore señala que la crisis climática «es una auténtica urgencia planetaria y un reto generacional que requiere soluciones internacionales inmediatas y coordinadas». Por último, Gore agradece a la Fundación Príncipe de Asturias y a su jurado que hayan «reconocido este reto importante». Gore ha sido premiado por su «decisiva» contribución al progreso en la solución de los «graves problemas del cambio climático» que amenazan el planeta, según el fallo del jurado. El acta del jurado, que fue leída por su presidente, Leopoldo Calvo Sotelo, subraya que estos problemas «hacen estrictamente necesaria la cooperación internacional para su solución» y destaca «los grandes méritos» de Al Gore, «un hombre público que, con su liderazgo, ha contribuido a sensibilizar a sociedades y gobiernos de todo el mundo en defensa de esta noble y trascendental causa».