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Publicado por
CARLOS G. REIGOSA
León

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ENTIENDO QUE el presidente Zapatero, ahora que ha decidido ser «implacable» con ETA, desee que todos miremos hacia el futuro y olvidemos ese pasado que representa el fallido y falsario «alto el fuego permanente» de los terroristas. Entiendo su deseo, e incluso lo comparto en buena medida, pero no lo veo posible. Porque ese pasado existió y en él ocurrieron cosas que deben conocerse para determinar en qué confundimos la realidad con los deseos, y así poder fijar la dirección en la que hemos de remar todos juntos a partir de ahora. No se trata de hacer política bajo palabra de honor, ni tampoco de entronizar el secreto o el pacto de silencio. El presidente Zapatero no debe hacerse ilusiones respecto de la discreción sobre el pasado, entre otras cosas porque los primeros grandes indiscretos van a ser los terroristas en sus medios de comunicación. O mucho me equivoco o serán ellos los que se encargarán de salpicar el tiempo que queda hasta la elecciones generales de revelaciones cuya veracidad no siempre será fácil determinar. Pero, eso sí, servirán para enredar y enturbiar el ambiente político. Que no nos guste el pasado no significa que no debamos hablar de él ni que, al hacerlo, se favorezca a ETA. Por el contrario, creo que la verdad, lejos de perjudicarnos, seguirá haciéndonos más fuertes y más libres. ETA ha reventado el alto el fuego y hay que analizar y hacer balance del proceso vivido. Las voces que se oyen son heterogéneas. Unas piden el retorno al acuerdo PSOE-PP que posibilitó la Ley de Partidos. Otros piden ampliar esa ley a todos los partidos democráticos. Tal vez no es necesario ni lo uno ni lo otro. Al Gobierno le corresponde definir, dirigir y ejecutar la política antiterrorista y para ello cuenta ya con instrumentos suficientes. Y al PP le cumple el derecho de participar en el proceso con voluntad de acuerdo y respaldo al Gobierno, y sin traicionarse. Roto el alto el fuego, es mucho más urgente un diálogo fluido y leal entre el PSOE y el PP que un nuevo acuerdo antiterrorista. Por eso estimo tan relevante la reunión del lunes entre Zapatero y Rajoy. Es mucho más importante que se entiendan que cualquier texto que puedan suscribir desde la desconfianza o el recelo.