Detenido el capataz chino de la fábrica donde aparecieron los primeros esclavos
La policía ha detenido al capataz de la primera fábrica de esclavos descubierta en China a finales de mayo, mientras el número de obreros rescatados aumentó a 568 tras las operaciones de las últimas horas, informó la prensa estatal. Heng Tinghan, de 42 años, fue detenido ayer por la noche en Danjiangkou, en la provincia norteña de Hubei, limítrofe con la de Henan, donde eran secuestrados muchos de los futuros esclavos para las fábricas de ladrillos, la mayoría de ellas situadas en la vecina Shanxi. La detención, que recogen hoy las fotografías de la prensa local, se produjo pocas horas después de que las autoridades ofrecieran una recompensa de 2.500 dólares (2.000 euros) para aquellos que facilitasen información sobre el paradero de Heng. Otras tres personas relacionadas con la fábrica en la que Heng era capataz están todavía huidas, mientras que la policía detuvo días atrás al hijo de Heng y a Wan Bingbin, hijo del máximo líder comunista del pueblo, que está siendo investigado. La policía ha detenido hasta el momento a 168 personas relacionadas con las mafias de venta de esclavos, un suceso que tiene conmocionada a la sociedad china y que muchos no entienden cómo pudo ocurrir. En Shanxi se acusa a policías y políticos de permitir su existencia a cambio de beneficios económicos, y el Gobierno central, que tardó diez días en reaccionar, puso en marcha el día 15 una investigación nacional para rescatar a todos los trabajadores esclavizados y encontrar a los culpables. Según los últimos datos oficiales, en Shanxi, la mayor productora de carbón de China, fueron liberados 351 obreros, incluidos 22 menores de edad, después de que la policía inspeccionara más de 3.700 pequeñas fábricas de ladrillo y pozos hulleros, la mayoría sin licencia. Hasta ahora cinco mafias implicadas en organizar la venta de esclavos han sido desmanteladas en Zhengzhou, capital de Henan. El escándalo fue destapado por la prensa local después de que más de 400 padres de Henan colocaran una carta en Internet pidiendo ayuda ante las sospechas de que sus hijos desaparecidos habían sido vendidos a pequeñas fábricas de ladrillos como trabajadores esclavos.