El pedigrí de los campeones

Ponferrada se convirtió ayer en el mejor escaparate del pedigrí que lucen los considerados mejores amigos del hombre, los perros. Más de un centenar de ejemplares tomaron parte en una competición que a pesar de celebrar su primera edición constató el excelente nivel que lucen no sólo los representantes llegados de toda la geografía nacional, también del Bierzo. Mastines, terrier, perros pastor o tekel gozaron de un protagonismo destacado a lo largo de una jornada en la que la plaza Fernando Miranda se convirtió en una pasarela llena de glamour en el que las estrellas fueron los perros procedentes de toda España. Precisamente ese desfile y la planta de los competidores posibilitó una jornada intensa en la que el triunfador final fue el terrier Azul Acuario del Besaya por delante de Del Towers Tocha, ambos con destacada presencia en los certámenes internacionales donde han logrado más de una posición de privilegio. La tercera posición fue para el tekel Efi, eso sí, con marcado acento local. Los tres fueron los mejores en un certamen que según la concejal de Medio Ambiente de Ponferrada, Teresa García Magaz, pretende consolidarse en el tiempo y lograr su inclusión en el circuito nacional. Su presencia en el podio tuvo como paso previo una ronda inicial y la gran final a la que accedieron diez participantes, todos ellos con posibilidades de inscribir su nombre en la nómina de honor. Pero aparte de la competición el concurso canino de Ponferrada se convirtió ayer en un incuestionable escaparate en el que varios perros abandonados y recogidos en las instalaciones municipales han podido encontrar dueños. La primera fue Canela, una perra laika siberiana occidental y en los próximos días pueden ser otras compañeros y compañeras en la perrera los que sigan su camino dado que hasta una decena de personas se han interesados por ellos. Noticia positiva teniendo en cuenta que hoy por hoy las instalaciones municipales de Ponferrada siguen recibiendo más y más perros abandonados que por desgracia no pueden tener la misma suerte que los grandes ejemplares que ayer desfilaron por la pasarela de la plaza Fernando Miranda para demostrar que el cuidado, la clase y la presencia no es sólo cosa de los humanos, también de aquellos que comparten con nosotros muchas y muchas horas de cariño, compañía y amistad. Y todo con la inestimable presencia de cientos de personas, muchas de ellas niños y niñas, deseosos de acercarse a perros que hasta el momento habían visto en revistas, por la tele o a cierta distancia. Tocarlos, admirarlos y quererlos es algo que por si solo se consigue con estos pequeños-grandes amigos del hombre, los perros.