Diario de León

Dos puntos y tres Ave Marías

El Vaticano presenta «Diez mandamientos» de la carretera y critica el uso del automóvil como elemento de vanidad y de ostentación para muchos conductores Infierno y cárcel por la carne <

Foto de archivo del Papa a bordo de un Mercedes Benz por Roma

Foto de archivo del Papa a bordo de un Mercedes Benz por Roma

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Juan Lara - roma
León

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El Vaticano expresó ayer su preocupación por los numerosos muertos en las carreteras, denunció que el automóvil se ha convertido en un objeto de ostentación y vanidad para suscitar envidia, invocó la prudencia e hizo público un decálogo del conductor cuyo primer mandamiento es «no matarás». Así se destaca en el documento Orientaciones para la pastoral de la carretera , presentado ayer por el cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes, que ha preparado el texto en el que la Iglesia reflexiona y ofrece su contribución ante el fenómeno de la movilidad humana en la época actual, especialmente a través de la carretera y el tren. El documento resalta que la carretera y el ferrocarril deben estar al servicio del hombre, cuyos comportamientos cambian -precisa- radicalmente si es conductor o peatón. En el primer caso denuncia que a muchas personas cuando conducen les aflora el instinto de dominio, prepotencia y poder y el automóvil lo usan como objeto de ostentación de sí mismos, para eclipsar a los demás y suscitar envidias. El texto también denuncia comportamientos «poco equilibrados» en muchos conductores como la falta de cortesía, gestos ofensivos, imprecaciones, blasfemias, pérdidas del sentido de la responsabilidad, violación deliberada del código de circulación. «Conducir quiere decir controlarse», afirma el texto, que señala que los automóviles deben estar siempre revisados. También destaca que en el siglo XX unos 35 millones de personas murieron en accidente de carretera y los heridos fueron mil millones y medio. En el año 2000 hubo 1.260.000 muertos. Teléfonos, alcohol y drogas Ante esos alarmantes datos, el Vaticano exhortó a respetar las normas de circulación y recordó la «virtud de la prudencia», a la vez que advirtió sobre la distracción y el uso de teléfonos móviles durante la conducción, así como guiar bajo los efectos del alcohol y las drogas. Ante accidentes con o sin muertes, el documento recuerda la «virtud de la justicia» y el que el causante responda ante ella para reparar el daño causado. También señala la necesidad de animar a las familias de las víctimas para que perdonen al agresor. Ante el preocupante número de accidentes, el Vaticano propone una «educación callejera» para saber lo que hay que hacer conscientes del peligro y de la responsabilidad y obligaciones tanto de los conductores como de los peatones. Aboga por la educación en este campo de los niños, del papel de las escuelas y de la familia. Visto que cada vez se desplazan más personas, son más los transportistas y las familias que viajan, el Vaticano propone una pastoral de la carretera , que entre otras contemple apoyo espiritual, la instalación de capilla fijas o móviles en nudos de autopistas, centros cristianos de atención a los viajeros, etc. El documento resalta que no está de más que el viajero se haga la señal de la cruz antes de emprender un viaje, y se rece el rosario durante el trayecto. PRIMERO No matarás SEGUNDO La carretera sea para ti un instrumento de comunión entre las personas y no de daño mortal. TERCERO Cortesía, corrección y prudencia te ayuden a superar los imprevistos. CUARTO Sé caritativo y ayuda al prójimo en la necesidad, especialmente si es víctima de un accidente. QUINTO El automóvil no sea para ti expresión de poder y dominio y ocasión de pecado. SEXTO Convence con caridad a los jóvenes y a los que ya no lo son a que no se pongan al volante cuando no están en condiciones de hacerlo. SÉPTIMO Brinda apoyo a las familias de las víctimas de los accidentes. OCTAVO Reúne a la víctima con un automovilista agresor en un momento oportuno para que puedan vivir la experiencia liberadora del perdón. NOVENO En la carretera tutela al más débil. DÉCIMO Siéntete tú mismo responsable de los demás.

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