El investigador Alfonso Fairén afirma que «sería desastroso crear un ser humano desnaturalizado»
Descifran los mecanismos cerebrales que activan la toma de decisiones
El estudio es de científicos del CSIC, que también han investigado sobre la esquizofrenia
Un equipo de científicos españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado descifrar los complejos mecanismos selectivos que debe realizar el cerebro antes de tomar una decisión. «La corteza 'prefrontal' controla muchas actividades cerebrales que nos distinguen como humanos, no sólo en el aspecto cognitivo sino también en la valoración subjetiva y afectiva del conocimiento», afirmó el investigador del CSIC y experto en arquitectura neuronal, Alfonso Fairén. Además de los resortes funcionales, el estudio aporta datos de investigación sobre ciertas patologías psiquiátricas, como la esquizofrenia, que tienen como base una alteración de la corteza «prefontal». «Analizar los mecanismos de esta corteza nos ayudará a saber más sobre nuestro comportamiento», afirmó Fairén, quien ha trabajado codo con codo con los investigadores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Agnes Guart y José María Delgado, y con el Instituto de Neurociencias de Alicante y la Universidad Miguel Hernández de Elche. Si bien Fairén está convencido de que la ciencia «siempre termina haciendo todo lo que es capaz de hacer», su visión humanista le impide aprobar el «todo vale». «Las personas tenemos que convivir con nuestras virtudes y nuestros defectos; sería desastroso crear un ser humano desnaturalizado», sostiene. «Si lográramos erradicar el sentimiento de la envidia con manipulaciones cerebrales, se produciría una descompensación que afectaría a todo nuestro comportamiento, incluidos los impulsos más nobles y positivos». Conejos El estudio, que ha sido publicado por la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias Estadounidenses (PNAS), se llevó a cabo estimulando el cerebro a un grupo de conejos. «En un primer momento hicimos una serie de experimentos en los que el animal realizaba simples parpadeos», explicó Fairén. Posteriormente se investigaron los aprendizajes del animal ante estímulos muy leves, como el soplo del aire en su córnea. El tercer paso implicó la activación eléctrica de la corteza «prefrontal», lo que indujo la inhibición del comportamiento motor. «La situación de parálisis se asocia a la reacción instintiva del conejo para no ser localizado por un potencial agresor; sin embargo el trabajo demuestra que, aún en esa situación extrema, el conejo sigue aprendiendo», dijo el científico del CSIC. «Sin mover una sola pestaña, el animal analiza las estrategias de su cazador; el aprendizaje sigue activo, aunque no se manifieste». Estos estudios, trasladados al ser humano, implican un mayor conocimiento del cerebro. «La activación de la corteza «prefrontal» en los seres humanos permite tomar importantes decisiones sobre lo que se debe o no se puede hacer en determinadas circunstancias», explicó Fairén, cuyo equipo cuenta con el apoyo de psicólogos, sociólogos, fisiólogos y anatomistas con el fin de realizar una valoración completa de este descubrimiento.