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La apoptosis es la muerte celular programada que tienen todas nuestras células

Un estudio del CSIC atisba por qué células cancerosas evitan su muerte

Una enzima presente en niveles muy elevados podría ser la causa de su «inmortalidad»

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M. Pérez león
León

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Cualquier célula de nuestro organismo, con excepción de las nerviosas, envejece y muere, siendo sustituida por otra. Las nuevas células vienen así a sustituir a las viejas que, por efecto del tiempo, comienzan a presentar fallos en su funcionamiento. Para evitar que se produzca una alteración en el equilibrio del número de células del cuerpo las nuevas células deben de sustituir a las viejas, las cuales sufren un proceso de muerte celular programada denominado apoptosis. De esta forma, cada tipo celular tiene una vida media más o menos larga después de lo cual muere, algo que no ocurre con las células cancerosas, lo que sigue siendo un misterio para los oncólogos. El Departamento de Comunicación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha hecho público un informe en el se señala que un equipo dirigido por investigadores de este organismo ha identificado una enzima que podría explicar los mecanismos que permiten a las células tumorales evitar la muerte celular programada, la apoptosis, y continuar su replicación descontrolada. El trabajo, que publica la revista Cell, identifica la enzima GAPDH como un potente inhibidor de la apoptosis en circunstancias muy similares a las que se dan en algunas células tumorales. El trabajo, que dirige la investigadora del CSIC Ana Colell, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (CSIC), concluye que el mantenimiento de unos niveles elevados de GAPDH permitiría a la célula evadir la apoptosis, contribuyendo a su transformación oncogénica. Colell explica que la mayoría de los estímulos que conducen a la muerte celular programada convergen en un único fenómeno: la permeabilización de la membrana externa de la mitocondria, un orgánulo de la célula. Este suceso, añade la investigadora del CSIC, se considera un «punto de no retorno» hacia la muerte celular, porque la permeabilización libera una serie de proteínas que activan las caspasas, un tipo de proteasa a la que se considera responsable final de la apoptosis. Defectos genéticos No obstante, diversos tumores presentan defectos genéticos que impiden la activación de caspasas, lo que les permite superar ese «punto de no retorno» y evadir la muerte celular. Las razones que motivan este fenómeno constituyen una de las incógnitas que rodean el campo de la investigación oncológica. El trabajo liderado por Colell aporta una posible explicación para el citado fenómeno. Su hipótesis se centra en la enzima glicolítica GAPDH, que aporta y mantiene unos niveles altos de energía en la célula. Éste es uno de los factores que podría permitir que las mitocondrias se regeneren, a pesar de la permeabilización, y eludan la apoptosis. Asimismo, GAPDH está implicada en otros factores que pueden intervenir en la supervivencia celular. El estudio dirigido por el CSIC demuestra que la acción de la enzima se correlaciona con un incremento de la expresión de Atg12, proteína involucrada en la autofagia. Este mecanismo, que se produce de forma habitual en la célula, consiste en la digestión de aquellas partes de la célula que ya están envejecidas para su sustitución por otras nuevas. Un incremento de los procesos autofágicos puede contribuir a la supervivencia celular, al eliminarse restos que pueden ser letales para la propia célula.

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