Camino de Encuentros deja La Rioja

Adiós a la tierra del vino Desde el Mirador del Camino en Grañón, los cien expedicionarios de Camino de Encuentros, se despidieron de La Rioja. El día comenzó con un viaje en autobús. El vehículo trasladó a los estudiantes a primera hora de la mañana hasta Santo Domingo de la Calzada. En esta etapa del viaje, el historiador Julián Marías se lamentaba de que los jóvenes aprendieran Historia sin conocer el lado narrativo de la materia. Santo Domingo, ciudad franca por excelencia, conoció las lenguas extranjeras, utensilios y técnicas de hombres venidos de toda Europa. Todos ellos eran cristianos y se fusionaron compartiendo intereses con la población autóctona. Por eso, hoy en día, este pueblo, honra con el nombre a Santo Domingo de la Calzada. Domingo nació en Viloria de Rioja (Burgos) en el año 1019 y vivió noventa años. Tras su paso por los monasterios de Valvanera y San Millán, sintió la necesidad de vivir en soledad y se retiró al interior del bosque que ocupa las orillas del río Oja. Los viajeros recorrieron a pie el tramo que separa Santo Domingo de Grañón, pequeña localidad que atraviesa la ruta jacobea. El final llegó en la ermita de Carrasquedo, donde comieron y realizaron la actividad de pintar un exvoto. Una trucha de 4,5 kilos Manuel González Martínez, vecino de la localidad de Villoria de Órbigo, pescó una trucha de 4,5 kilos. La captura tuvo lugar durante el amanecido, antes de las nueve horas, momento en que el pez aprovecha para cebarse, ya que justo después se empozan hasta la última hora de la noche. Además, este tipo de pescado, suele marcar su territorio. Para esta hazaña, Manuel contó con la ayuda de Domingo Vicente. En el río Órbigo apenas quedan ya ejemplares del lucio, muy común hace años, y son las truchas de gran tamaño las que ganan terreno, según comenta este pescador de Villoria, gran conocedor del río que baña su pueblo.