Hermanamiento en Sariegos

El municipio de Sariegos se convirtió ayer en la cuna de los pendones. Y es que se celebró La octava del Corpus, una festividad en la que por tercer año consecutivo los pendones de los pueblos limítrofes a este municipio se reúnen en los alrededores de la iglesia de Sariegos como forma de hermanamiento. «Es una fiesta en la que pretendemos que no se pierdan las tradiciones y costumbres de los pueblos», aseguraba Isidoro García, Teniente de Alcalde del municipio. Mientras los pendones, que en esta ocasión eran 17, esperaban aposentados sobre uno de los laterales de la iglesia, la gente de los pueblos se iba acercando al santuario. Muchos se resguardaban del sofocante calor a la sombra del Concejil, un hermoso árbol centenario, situado a las puertas de la iglesia y que les servía de cobijo mientras esperaban el repique de campanas que dio comienzo al oficio religioso. Una vez ofrecido el volteo, la gente comenzó a abarrotar la pequeña iglesia del pueblo. Mientras, la banda de música Jesús Divino Obrero de la capital leonesa acompañada de un grupo de bailes regionales, esperaban el comienzo del desfile de pendones y así poder homenajearles con un baile y un cántico. Una vez oficiada la ceremonia religiosa dio comienzo la procesión que recorrió las principales calles del pueblo tiñendo a éste de un color diferente. Finalizado el desfile todos los participantes se dieron cita en la era del pueblo donde degustaron unas sabrosas patatas con carne, esperando repetir el próximo año. «Haremos todo lo posible porque esta fiesta no se pierda con los años», comentaba muy ilusionado Juan carlos Hidalgo, concejal de Cultura de Sariegos.