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La última | Festival Mirador de la Reina

Nacha Pop suena en el claustro

La mítica banda de Antonio Vega y Nacho García Vega engorda su leyenda con un concierto en el monasterio de Carracedo

El público llenó el claustro para escuchar a la mítica banda

Publicado por
Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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Van camino de la gloria. Y anoche hicieron una parada en el claustro. Diecinueve años después de su separación y por tercera vez en el verano de su reencuentro, Antonio Vega y su primo Nacho García Vega, los rostros de Nacha Pop, se subieron anoche juntos a un escenario. Y no fue en un lugar cualquiera. Entre las piedras centenarias del monasterio cisterciense de Carracedo, en otro tiempo lugar de rezos y silencio, se obró de nuevo el milagro de la música y los acordes de La chica de ayer sonaron en un claustro. Fue el penúltimo tema y, por supuesto, el más esperado. Sin Carlos Brooking en el bajo, ni Ñete en la batería, pero con Francisco Illán, los nuevos Nacha Pop arrancaron con el clásico Antes que salga el sol , precisamente cuando el sol se ponía. Siguieron con temas tan populares como Vístete y Relojes en la oscuridad . Convertidos en mito, la fragilidad de Antonio y la energía de Nacho contagiaron a un público que comenzó el concierto sentado en las sillas plegables que la organización del Festival Mirador de la Reina distribuye ordenadamente en el claustro de la abadía y que en seguida se dejó llevar coreando las letras de temas de sobra conocidos como Grite una noche , Lucha de gigantes , Asustado estoy o Una décima de segundo. El público expectante no se llevó la decepción de salir del claustro sin escuchar La chica de ayer , llevando en volandas a la banda, que aspira a seguir dando guerra mucho tiempo. No lo han hecho por dinero, dicen. Se han juntado por un impulso romántico. Aquellos chicos que grabaron su primer disco para Hispavox en los estudios de la calle Torrelaguna de Madrid en 1980, que de niños jugaban junto a un reguero en la casa del abuelo en Carrizo, ya no son los mismos que recorrían los bares de Malasaña, teloneaban a Los Ramones o llenaban la plaza de Toros de México D.F. Ni pretenden serlo. Ni falta que les hace. La Movida es historia, pero Nacha Pop todavía tiene un capítulo por escribir.