Gente de aquí | Procesión-romería en La Virgen del Camino
En el camino con la Virgen
Medio millar de leoneses se desplazaron hasta La Virgen del Camino para honrar a la patrona de León, en una jornada de romería que mezcló solemnidad y folclore tradicional
Tradición, devoción y festividad caminaron ayer de la mano por las calles de La Virgen del Camino. Y es que la cofradía María del Dulce Nombre de León, en colaboración con el Ayuntamiento de Valverde de la Virgen, rindió homenaje un año más a la patrona de la región con una procesión-romería que conmemora la aparición de Virgen María en la localidad leonesa hace ya 502 años. Todo comenzó en las puertas del Santuario a las 12 del mediodía cuando las hermanas braceras ocuparon sus puestos dentro del paso titular de la cofradía y, ante la expectación de cientos de vecinos y curiosos, elevaron la imagen que, con ferviente pasión, portarían durante casi una hora hasta llegar a la ermita Humilladero, para celebrar una solemne eucaristía, en la morada donde la talla descansa el resto del año. Abriendo la romería se encontraban diez pendones venidos de todos los puntos de la provincia y justo detrás, cinco grupos regionales, entre los que destacan Agua Viva, de Velilla de la Reina y Abedoso, que con sus cantos y bailes amenizaban la marcha. Al acto acudieron también el vicealcalde de León, Javier Chamorro, la concejala de Comercio y Consumo, María Rodríguez, y una amplia representación de abades de todas las cofradías de León. Chamorro declaró que «tratándose de la patrona de la región leonesa, le parece un acto bonito y de cariño» que desde el ayuntamiento «hemos querido apoyar». Por su parte, la abadesa de la cofradía, Rosa Ardura Quintana, destacó «el ambiente de fiesta en honor a la Virgen del Camino y la unión entre las hermanas, en una procesión no tan seria» como la del Jueves Santo, día en que las 1.400 paponas de la hermandad se visten de negro y verde representando el dolor y la esperanza, del que como ellas, se siente cristiano. Uno de los hombres que portaban el pendón, Miguel Ángel González, de Santibáñez del Bernesga, comentó que «es un orgullo tremendo llevar esta enorme bandera de mas de 400 años de antigüedad», y que cada vez «se ha puesto más de moda lucirlo en las fiestas de numerosos pueblos de la provincia» y no sólo el día de San Froilán. Este estandarte, que pesa entre 25 y 30 kilos, era usado hace siglos como insignia en la milicia, para distinguir regimientos, batallones y ejércitos. La jornada terminó con la degustación de una paella en la explanada de la ermita y varios juegos tradicionales, en un día, donde la devoción más escondida del alma, salió de paseo con la patrona de León.