CRÉMER CONTRA CRÉMER
Ya llegó el verano
LO DEL VERANO en León, capital del frío, por naturaleza, suele ser un disparate. Y nos hace recordar a aquel vasco casteado con leonés, que solía decir, así que llegaba esta fecha: «León, Ciudad de Talante pintoresco/ por el invierno no hace frío/ y por el verano sopla el fresco». Y efectivamente hasta este día en el que me dispongo a cubrir la página del Dietario, sopla el fresco de manera tan incómoda y hasta cruel, que hace temer por las fiestas de San Juan y San Pedro, las primeras que celebra el ilustre Ayuntamiento que nos estará observando. Los meteorólogos anuncian que no hay por qué temer, que ni al invierno ni al verano se les come el lobo y que llegarán los días radiantes y los baños de sol hasta conseguir una color como la de los abisinios más o menos. Y se celebrarán las un día famosas fiestas de San Juan, de San Pedro y de todos los santos al compás de los chiflos, de los atabales y de las matracas, cubriendo a esta pacífica y nada movida Ciudad de Don Guzmán, de sonoridad y ganas de baile. Como todos los años, desde los tiempos heroicos de Viriato, aquel joven lusitano que le dio por guerrear en tierras leonesas, las fiestas se completarán con toros de trapío y se concederán orejas y hasta rabos que a nosotros nos sobran. Habrá verbenas porque la danza va por barrios y se echarán versos al sol¿ No faltarán las cabalgatas ni los concursos de «tapas» ni las demostraciones de leonesismo puro, con bailongos y tablados. Para dar un cierto tinte de cultura moderna a los festejos, se abrirán las puertas del Teatro Emperador, cerrado por ausencia de asistencia y traspasado al Ayuntamiento se supone que para su explotación, porque no va a ser para reuniones de partido y mítines de selección. Que no estamos para divertimientos, cuando el Municipio, todavía está como quien dice, en edad de adolescencia no sabe qué hacer con el «embolao» que les dejara el anterior Consistorio. No se sabe todavía porqué los programas de fiestas de León, se hacen lentamente como el arroz si tal como marca el signo del actual municipio organizaremos una demostración festiva de autogestión o segregación del Viejo Reino en independentismo a la manera de Asturias, de Galicia o de Valladolid. Por si esto encajara en el programa convendría prepararlo debidamente y disponer cuando menos de tres días de reclamación de «León solo», o sea de leonesismo, caiga quien caiga. Serán estas a las que vamos como el río Bernesga va a la mar, unas fiestas memorables, y es posible que siguiendo la inclinación heráldica y heroica de la raza, se monten demostraciones deportivas, con una Cultural que no acaba de crecer y se ha quedado apta para jugar con el Toreno, por ejemplo¿ Todos los leoneses esperan como un regalo, la llamada del verano, y no escatimarán esfuerzos, sacrificios ni dineros, para convertir el tradicional festejo en la verdadera Fiesta de la Raza. Porque en resumidas cuentas si León es como es, imperial y añeja, ¿por qué ha de vestirse con piel de oveja?... ¡Albricias, aleluya, gloria al padre de la criatura, al hijo y al espíritu santo!