La batalla de las cien doncellas

La localidad palentina de Carrión de los Condes rememoró ayer, con fines culturales, históricos y turísticos, la tradición del conocido como tributo de las cien doncellas, que se remonta a la Edad Media durante las luchas fronterizas entre cristianos y musulmanes. Un amplio elenco de actores recreó la leyenda que atribuye a varios reyes cristianos el haber cedido, para mantener sus reinos en paz, al pago del tributo de cien doncellas elegidas de entre las familias de noble linaje con destino a los harenes de las taifas agarenas. Carrión aún recuerda en alguno de sus momumentos este episodio, como el pórtico de la iglesia de Santa María, donde se hayan esculpidas en piedra las cabezas de los toros que pusieron en fuga a las tropas musulmanas cuando intentaban adentrarse en el municipio para recoger a las cuatro doncellas que como parte del tributo le correspondía pagar a la villa. Las representaciones teatrales que recuerdan ese capítulo de la historia, se celebraron hasta el siglo XIX, incluidos los tradicionales sermones y corridas de toretes. Esta fiesta, promovida por el centro de Iniciativas Turísticas de Carrión de los Condes y por la asociación de Amigos del Camino de Santiago, clausuró el programa cultural confeccionado con motivo de las fiestas del apóstol que anualmente siguen cientos de vecinos, curiosos y visitantes. El programa de recraciones históricas y populares, dedicado al medievo, se escenifica por las principales calles y plazas de esta población palentina que, desde hace más de un lustro, evoca varios pasajes de su historia medieval como la batalla de Bureva o los enfrentamientos entre el monarca leonés Ramiro contra el Conde de Castilla Fernán González. Jornadas de turismo Una docena de personas con distintas discapacidades participó durante este fin de semana en unas jornadas de turismo activo que organiza la Fundación También y que arrancaron esta mañana con un paseo por los Arribes del Duero en piraguas adaptadas. Este es el tercer año que la Fundación acude a tierras zamoranas para llevar a cabo uno de sus programas, con los que buscan la integración de las personas discapacitadas a través del deporte, su unión con la naturaleza y el turismo cultural. Los participantes, afectados por diversas paraplejias, esclerosis, hemiplejias o polios procedían, en su mayor parte, de Madrid, Valladolid y Murcia.