QUERIDO MUNDO
Otra propuesta de paz
¿CUÁNTAS propuestas de paz se han elaborado para Oriente Medio? Son tantas que muy probablemente nadie lleva ya la cuenta de ellas. Ahora llega la del presidente estadounidense, George Bush, que ha convocado una conferencia internacional de paz sospechosamente poco ilusionante. Quizá porque aún está sobre la mesa -y sin avances- la iniciativa árabe, apoyada por los gobiernos de la región, que pide el retorno a las fronteras de 1967, con la paz a cambio de que Israel devuelva los altos del Golán a Siria, y Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este a los palestinos. Bush ha convocado la conferencia de paz para el próximo otoño, bajo la presidencia de la secretaria de Estado, Condoleeza Rice, y con la participación de israelíes y palestinos, y de los Estados árabes que «apoyan la idea de dos Estados que convivan en paz» . Sin más concreciones. ¿Qué se deduce de ello? Que ni Hamás, ni Irán, ni Siria tendrán presencia en la reunión y que, por lo tanto, se repetirán las exclusiones que en el pasado han convertido en vanos otros intentos. Por ello la esperanza es tan relativa, por no decir tan débil y tan predecible. El pueblo palestino se merece un intento serio de alcanzar la paz. Para ello sería necesario que casi todos moderasen su afán intervensionista y hegemónico en la región, y se limitasen a favorecer el acuerdo israelo-palestino. Ni EE.UU. debe aparecer como el mediador interesado y projudío que siempre es, ni Irán debería trasladar su confrontación contra Occidente a los territorios de Irak o Palestina, como está haciendo. Es obvio que con estos mimbres de desafección será muy difícil que prospere una conferencia de paz. Y si no prospera, los palestinos seguirán siendo las víctimas de esta nefasta y perversa internacionalización del conflicto. Porque nadie les ofrecerá una salida que sea a la vez digna y satisfactoria, es decir, aceptable. La clave del consenso podría tenerla la Unión Europea, si fuese capaz de asumir su responsabilidad e imponer sus criterios, mucho menos contaminados de intereses que los de EE.UU. o Irán. Pero la UE es una esperanza política que no acaba de concretarse. Entre tanto, tal vez seguirán urdiéndose propuestas interesadas, lamentablemente con pocas posibilidades de éxito.