Las compañias eléctricas están instalando grupos electrógenos que permitan restablecer la luz
Crece la indignación ciudadana por los tres días de apagón en Barcelona
Diez mil personas continuaban anoche sin servicio mientras la CNE abre una investigación
Unos 10.000 abonados de la compañía Fecsa-Endesa de varios distritos de Barcelona continuaban a última hora de la tarde de este miércoles sin luz, casi tres días después del gran apagón que provocó el caos en la capital catalana y otras localidades vecinas, mientras crecía la indignación ciudadana. Las personas afectadas residen en los barrios de Gracia, Sant Andreu, El Guinardó y la parte derecha del Eixample, zonas donde los empleados de las compañías eléctricas, en colaboración con el Ejército, trabajan a marchas forzadas para instalar grandes grupos electrógenos que permitan restaurar el servicio a todos los usuarios afectados. La Comisión Nacional de la Energía -CNE-, por su parte, ya ha iniciado su investigación sobre el «incidente», como ha sido calificado desde el Ministerio de Industria. Tras aprobar sus consejeros por unanimidad la apertura de un expediente informativo, han dado un plazo de 10 días a Red Eléctrica -REE-, como operador técnico del sistema, y a Fecsa-Endesa, como distribuidor de luz a los ciudadanos perjudicados, para que aporten «cuanta información se considere relevante sobre el caso» como, por ejemplo, el origen del corte y sus posibles causas, las instalaciones y poblaciones afectadas, potencia interrumpida y número de usuarios afectados, así como la secuencia concreta de la reposición del servicio hasta su total restauración. La compañía de servicios de asistencia jurídica Arag ha recibido cerca de 400 llamadas de atención telefónica, de las que casi el cien por cien hacían referencia al apagón de Barcelona. Cacerolada de protesta Para protestar contra el apagón, un centenar de vecinos cortaron ayer la calle Escorial, en la confluencia con Providencia, en el distrito de Gracia. Los vecinos, visiblemente enfadados, hicieron sonar cazuelas y silbatos bajo la atenta mirada de Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra, que no intervinieron. A una pensionista del barrio, Conchita, ayer le llegó la factura de la luz a casa. «Acabo de cogerla del buzón» y considero una «vergüenza» el comportamiento de la compañía eléctrica. Los vecinos cuentan que han tenido luz sobre la una de la madrugada de ayer, pero han vuelto a quedarse a oscuras a las 09.30, lo que para David, un trabajador autónomo que trabaja en casa con el ordenador, significa que por la noche la compañía ha desviado a los particulares el consumo industrial, pero por la mañana esta decisión se ha corregido porque su capacidad de pedir daños y perjuicios es menor que la de la industria. Frases como «esto es un circo», «es una vergüenza», «se están riendo de nosotros», «son unos incompetentes» o «las ganancias no se reinverten en el beneficio de los usuarios» han sido constantes entre los vecinos durante las acciones de protesta.