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| Visto y oído |

Reina del verano a los 103 años

Ignacia Bardón, vecina de Rosales de la Lomba, cumplió 103 años el pasado miércoles

Publicado por
Pablo Rioja - leon@diariodeleon.com
León

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Homenaje centenario El pasado miércoles, Riello vivió uno de los días más grandes del año ya que Ignacia Bardón Álvarez, una vecina de Rosales de la Lomba, recibió un homenaje por parte del presidente de la Asociación Autonomía Omañesa, Julio Iglesias Cubría, junto con cientos de personas celebrando sus 103 años de edad. El acto, que tuvo lugar a las 13.00 horas en la plaza del pueblo, resultó entrañable ya que Iglesias le impuso a Ignacia una banda que rezaba: Reina del verano de Omaña. Ignacia apagó las velas de una tarta de seis pisos y el pueblo y los tunos le cantaron cumpleaños feliz. Esta peculiar anciana vive sola y es madre de un hijo, al que le ayudó a pagar los estudios de doctor en Ciencias Exactas y más tarde los de Ingeniero de Telecomunicaciones en Madrid. «Eran años de posguerra civil y por tanto difíciles», señala Ignacia Bardón. «Tuve que idear una manera de comprar mantequilla en los pueblos de Omaña, envolverla bien con hojas de berzas y llevarla primero en coche de línea hasta León y de ahí por tren a Madrid, donde la distribuía por hoteles y bares». La fortaleza de Ignacia Bardón hace que aún hoy suba y baje las escaleras de su casa, se haga la comida, tienda la ropa en la huerta, va y viene sola al banco en taxi, se encuentra perfecta de salud y cuando se despide de alguien le dice: «así hasta dentro de 20 años». Con este homenaje los vecinos del pueblo mostraron su admiración y respeto a una vecina única. Foto de familia La primera feria tradicional que se celebró en Vegas del Condado el pasado domingo contó con el apoyo masivo de los vecinos que se involucraron en el programa vistiéndose con trajes de la década de los 40 y 50. Más de 1.200 personas pasaron por la localidad situada en la ribera del Porma para ver cómo los guardias civiles y el cura se convertían de nuevo en las máximas autoridades. Frente a ellos, se encontraban los carros engalanados tirados por burros y los hombres, vestidos con chaleco y boina, junto a las mujeres que llevaban elegantes vestidos. A pesar del calor, las calles de Vegas se convirtieron en un hervidero de gente. A la hora de la comida cobraron protagonismo las patatas con jabalí, servidas en el campo de fútbol de la pedanía. Los más pequeños disfrutaron de los juegos tradicionales mientras los adultos visitaron la exhibición de oficios artesanos, con el chocolatero, el alfarero o el vendedor de helados. La jornada terminó con una foto de familia.

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