Valores éticos para Europa

UNO DE LOS PADRES fundadores de la Unión Europea, Alcide de Gasperi, escribía en la primera página del periódico Il Trentino , del 15 de julio de 1913, un interesante artículo sobre el progreso civil y el elemento moral. Daba cuenta De Gasperi de haber leído en Il Corriere della Sera algunas consideraciones de Luigi Luzzati. Aquel diputado y ministro desconfiaba de las promesas de salvación y de paz que ofrecían los socialistas de cuño marxista, con frecuencia al precio de la violencia civil. Y añadía que «siempre le había parecido grave, fatal, el desequilibrio entre el incremento rápido de los elementos económicos y el más lento de los elementos morales». Según él, harían falta santos -fueran religiosos o laicos- para impedir la decadencia de la civilización. De Gasperi recuerda que su admirado Luzzati es judío de nacimiento y liberal en política, pero está de acuerdo con él en afirmar que «el progreso económico y civil sin el progreso moral y espiritual no salva de la barbarie». Por supuesto, De Gasperi subraya que estos pensamientos del político hebreo coinciden con los de un sociólogo católico de la talla de Giuseppe Toniolo, con los del Papa León XIII y con los suyos propios. Por eso se apresura a decir que «la historia contemporánea se encarga por sí misma de recordarnos esa pureza e intransigencia de los principios directivos, ese cultivo intenso del elemento moral que los papas y los obispos han recomendado a los católicos que mantengan en su acción pública, para que sea de verdad una obra eficaz de restauración moral y civil». Este era, ya en su juventud, el ideal ético y político de uno de los futuros padres de la nueva Europa. El progreso económico había de ir acompañado de un progreso moral o no ayudaría a articular una sociedad justa y una auténtica democracia. Ha transcurrido casi un siglo desde aquel escrito. La Unión Europea se va tejiendo con dificultad, pero la preocupación sigue siendo la misma, aunque ha de situarse en contextos diferentes. Las recientes elecciones políticas en Turquía han sido un aviso para la conciencia europea. Si para Luzzati y De Gasperi el peligro para Europa era el marxismo revolucionario que pronto estallaría en Rusia, hoy la preocupación se agrava ante un terrorismo pretendidamente islámico que suscita enormes suspicacias ante los nuevos flujos migratorios. En un caso y el otro, la cuestión se centra en la necesidad de promover verdaderos valores morales en la sociedad y en el diálogo entre las culturas. Hoy somos conscientes de la importancia que tiene y ha de tener para Europa la asunción, la defensa y la transmisión de algunos valores fundamentales. Los valores no pueden depender sólo del maquiavelismo que reflejan algunas leyes. Y el diálogo no puede ser ingenuo ni oportunista. Hay que buscar la verdad y defender la dignidad de la persona. Día 4, sábado: Memoria de San Juan María Viannney, el Cura de Ars, patrono del Clero secular Comienza turno de señoras en el campamento parroquial de Balmori (Asturias) (Parroquia de San Claudio, León). Hasta el día 16 Día 5: XVIII Domingo del Tiempo Ordinario Día 6, lunes: Fiesta de la Transfiguración del Señor Comienzan cursillos prematrimoniales (Benavides de Órbigo, Astorga). Hasta el día 10 Día 8, miércoles: Memoria litúrgica de Santo Domingo de Guzmán Día 9, jueves: Fiesta de Santa Edith Stein (Sor Teresa Benedicta de la Cruz), copatrona de Europa Día 10, viernes: Memoria de San Lorenzo, diácono y mártir.