Diario de León

Su efectividad depende del tamaño del dibujo, de sus colores y el tiempo que lleve en la piel

El uso del láser se extiende para la eliminación de tatuajes en la piel

Es lo más utilizado para suprimir los grabados, aunque su precio oscila entre 2.000 y 3.000 euros

Los tatuajes están de moda, pero cada vez son más los que se cansan de lucir siempre el mismo diseño

Los tatuajes están de moda, pero cada vez son más los que se cansan de lucir siempre el mismo diseño

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Alicia Hernández - madrid
León

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Duendes, hadas, letras chinas, motivos tribales o el clásico lema «amor de madre». Los tatuajes se han convertido en una moda cada vez con mayores adeptos y ninguna parte del cuerpo es demasiado recóndita para tenerlos. El problema llega cuando su portador, hastiado de lucir el mismo diseño o recordar su significado, decide eliminarlo de la piel. Son varios los métodos que se utilizan para lograrlo, aunque destaca sobre los demás el uso del láser a pesar de su elevado coste: entre 2.000 y 3.000 euros. «Este técnica con láser consiste en la fragmentación de las partículas pigmentadas en la piel mediante un impacto cuyo efecto es fotoacústico», explica el doctor Buendía, de la Clínica Teknon de Barcelona. De este modo las partículas de color se dividen en unidades más pequeñas que nuestro organismo elimina de un modo más sencillo. Para la eliminación completa el tratamiento debe ser continuado, con varias sesiones separadas por un espacio de seis a nueve semanas. «La duración puede oscilar entre dos y tres años, aunque lo normal es que solo se necesite uno», afirman desde la Clínica Comyce de Alicante. Otros métodos menos efectivos son la dermoabrasión, que consiste en el empleo de un rodillo que, como si fuera una lima, retira el grabado de modo traumático y deja una cicatriz, además de pigmentaciones blancas o los injertos de piel. En último extremo está la inyección de polvos de talco, que el cuerpo expulsa junto a la tinta del tatuaje. La efectividad del láser depende del tamaño del dibujo, de los colores empleados, el tiempo que el tatuaje lleve en la piel y el tono de la misma. Lo más difícil de eliminar es un grabado que ocupe toda la espalda, en azul cielo, amarillo y naranja y sobre una piel oscura. Más sencillo es borrar, sobre una piel de tipo nórdico, un detalle en negro o azul oscuro. Las partes del cuerpo donde aplicar el láser es más peligroso son aquellas en las que la piel es más fina, como las manos, los tobillos, o las mamas, así como ojos y labios, que se suelan perfilar con los llamados tatuajes cosméticos. Para tratar la amplia gama de pigmentos se usa diferente maquinaria de alta tecnología que está en contacto con la piel en fracciones de nanosegundos. En la mayoría de los casos se utilizan láser de pulso muy corto, como los sistemas Q-switch, entre los que se encuentran el láser alejandrita, rubí y el neodimio-yag. «Este último es el mejor», asegura el doctor Buendía, ya que es de pulso largo, tiene una frecuencia doblada y con variación en la longitud de onda, «lo que le hace muy útil en grandes superficies», añade.

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