No pasarán

QUE LUEGO pasaran ya da igual a estas alturas de la belicosa historia de España, repleta de guerras perdidas y defensas numantinas desde Numancia y Sagunto hasta las últimas batallas guerracivililistas de Madrid o del Ebro, pasando por la derrota comunera de Villalar y el sitio de Zaragoza. Ahora está de moda celebrar la memoria histórica recuperando cadáveres, como buitres con el carné del partido. Lo de festejar a los Tercios de Flandes o la conquista de América, en cambio, gracias a cuya épica somos ahora la tercera potencia mundial en literatura e Internet, sólo superada por británicos y chinos, es políticamente incorrecto. El nuevo vicealcalde de Léon, Javier Chamorro, cargo que toda la vida se llamó, y a mucha honra, primer teniente de alcalde, lo que no era moco de pavo, y ahora pretende equipararse a subalcalde o en lleunés alcaldín, acaba de proponer como fiesta local la conmemoración del segundo centenario de cuando se sublevó contra Napoleón el barrio de Santa Marina, incluido el bar de Oliva, donde antaño todos los de Diario de León desayunábamos a lo bravo con carajillo, y, antes que nosotros, un paisano general de nombre Luis de Sosa. Como tenía a sus órdenes por toda tropa cuatro y el cabo naturalmente perdió la guerra y el renombre, hasta que el otro día lo recupero Chamorro por todo el morro. En Astorga pasó otro tanto con el general Santocildes, que defendió la muralla un par de horas, desde la misa hasta la siesta, y acabó inmortalizándose en una marca de chocolate de hacer a la taza, con razón social en Castroconrigo, provincia de La Bañeza, que es mi pueblo. Lo de Chamorro tiene mucho morro, macho, encima electoralista a destiempo, al cabo de tanta heroicidad centenaria que acabó de mala manera en cecina. Llegados a la UE y al euro son, además, plamplinas y una demostración clara de que el promotor de la idea es un iletrado, le digo a usted, señoría, aunque tenga la carrera de Derecho. A los que somos de letras en serio y más bien tiramos a afrancesados, empezando por Goya, puestos a hacer demagogia nos cae mejor Pepe Botella que Fernando VII, aún a riesgo de que nos tachen de antisistema. Siempre será mejor que de abstemios en neuronas. A mí los franceses no me han hecho nada. Y las francesas menos, que le quede claro a mi señora. Así que no tengo nada contra aquel país y, por el contrario, le estoy muy agradecido a la mala leche de Voltaire por lo bien que escribía de coña y a Saint-Exuperie por lo alto que volaba en su imaginación de pequeño príncipe piloto de las estrellas. Napoleón compiló, a su vez, el famoso código de leyes, al cual las feministas progres deben que no se les pueda partir la cara así como así, y todo lo que vino después fue morralla: la primera y la segunda guerras mundiales, De Gaulle, que no ganó ninguna de las dos, más que en el No-Do, Mitterrand colaborando con Hitler y Churchill, como aquí el abuelo de Zapatero a lo pobre entre Franco y Azaña, pero con menos grandeur . No hay más, por más que se rebusque en la memoria histórica. Se esperaba que el superconcejal Chamorro dedicara las renovadas energías del cargo de nueva creación al buen go bierno de asuntos más trascendentales que reivindicar con cohetes un escopetazo de hace dos siglos en las afueras de la Catedral. A lo mejor él piensa que van a retumbar los ecos en los libros de historia, pero más le valdría, si quiere que le elijan otra vez, arreglar los baches del barrio de Santa Marina, que generan bastante más ruido. Por otra parte es de agradecer la fiesta. Según el calendario, la celebración de la intifada leonesista caerá en jueves, que seguirá al miércoles de Villalar, y empalmaríamos en el Barrio Húmedo la juerga haciendo puente con un viernes para descansar luego lo poco que queda del fin de semana. Quién vaya a trabajar, mientras tanto, para que funcione el Ayuntamiento no lo especifica Chamorro, pero, para lo que hacen allí, es lo de menos. Volviendo a Francia y, si se exceptua el coñac, que no tiene punto de comparanza con el del toro de Osborne, los gabachos siguen cayéndome tan bien al cabo de los años como el ya dicho Pepe Botella, que duró dos vasos, exactamente entre 1808-10. Ahora manda allí Sarkozy, que hijo de húngaro y judía, recriado en París de la Francia. Puestos a hacer majaderías en el Ayuntamiento se propone desde aquí otra gratis a Chamorro: declarar a Nicolás persona non grata el susodicho 24 de abril y reclamar, ya de paso al vecino portugues Bragança y Tras os Montes como aniversario de la «revolución de los claveles» leon-lusos. Y el lago de Sanabria, aquí no hay playa. Y la flota del Barco de Valdeorras para el Bierzo. Así se escribe la historia. Y Doña Urraca, al paredón.