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Leonid Stadnik entra en el Libro Guiness tras quitarle el puesto al chino Xishun, de 2,36 metros

Los records mundiales de altura padecen graves trastornos de salud

El exceso de crecimiento puede provocar fallos cardíacos y estimular ciertos tipos de cáncer J

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Natalia Bore - madrid
León

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Leonid Stadnik, un ucraniano de 37 años y 2,57 metros de altura, acaba de arrebatarle al chino Bao Xishun, de 2,36 metros, su cetro como hombre de mayor talla del planeta. El ahora conocido como «Gulliver ucraniano», con 200 kilos de peso y un 60 de pie, era -como él mismo explicó- «el más pequeño de la clase» a los siete años, pero luego comenzó a practicar deporte y a crecer aceleradamente. En la actualidad ha perdido por completo la visión en un ojo y el 80% en el otro. Stadnik padece un tumor en la hipófisis, en el cerebro, lo que provoca un exceso de secreción de la hormona del crecimiento, con lo que se explica su gran tamaño -crece 15 centímetros al año- y también sus otros trastornos físicos, como la ceguera. Poco saludable Porque, como apunta el doctor Ovidio Vidal, jefe del servicio de Endocrinología del hospital coruñés Juan Canalejo, «tendemos a asociar el crecimiento, la altura, a la buena salud, y no siempre es así». Vidal comenta que «las madres traen a sus hijos a la consulta cuando son más pequeños que la media, pero cuando son más altos, lo que también indica un trastorno, están orgullosas». En España la incidencia de esta patología es de unos 60 casos por millón de habitantes. «Nosotros vemos unos cinco o seis cada año», explica el doctor Vidal, para matizar que el tumor en la hipófisis produce gigantismo o acromegalia, en función de la edad del paciente. Enfermedad del gigantismo El Gigantismo es una anomalía del crecimiento caracterizada por un desarrollo excesivo del organismo, generalmente acompañado de deformidades y relacionado con alteraciones en las glándulas endocrinas. Se estima que existe gigantismo cuando la talla del individuo excede en un veinte por ciento sobre la considerada normal. El crecimiento desmesurado afecta a todos los tejidos del cuerpo y es muy evidente en los huesos. En los niños, las elevadas tasas de la hormona pueden aparecer antes de terminada la osificación del hueso y, en consecuencia, éstos se vuelven gigantes, por lo que muchas personas acaban superando los 2,5 metros. «Cuando los cartílagos están abiertos, lo que ocurre en la fase de crecimiento del niño, el tumor provoca un alargamiento de los huesos, éstos crecen a lo largo, ocasionando gigantismo. Pero si la patología se da en la edad adulta se presenta la acromegalia, pues la hormona hace crecer los huesos a lo ancho, ya que los cartílagos están cerrados. La acromegalia deforma los huesos de la cara y las manos, especialmente», explica. Pero el exceso de hormona del crecimiento también lleva aparejadas otras patologías, como alteraciones metabólicas, fallos cardíacos, estimulación de algunos tipos de cáncer y deficiencias en otras hormonas, como las sexuales o las tiroideas. «Al crecer en una cavidad tan pequeña, el tumor destroza las células que producen otras hormonas en el cerebro y daña el nervio óptico, lo que puede provocar ceguera», apunta el doctor.

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