Les muestres

HOY gusteme, levanteme tempranín, contré uno del Esportin y dímosle a la risa el prólogo del día. Lo de Alfonso con el Sporting es esfermedad de ley, corazón a prueba de derrota y descensos al infierno. ¿Cuántos siglos lleva Asturias sin equipos en primera?... Mira quién habló, ¿y esa Cultural tuya, ese León de puentecilla que estuvo en primera diez minutos una vez y murió de vértigo para no resucitar jamás ni a segunda?... Ser de tercera es un destino, ser de segunda es tu acta ciudadana... y ser de León, un título para fardar en la cola del desempleo. Así que en honor a Alfonso fuímonos ese fin de semana a Gijón y porque el Cirque du Soleil nos aguardaba en su cita. Esa idea canadiense y musical del circo nos tiene prendados, como casi todo lo que viene de Canadá, que jamás será un futbolista, mira por dónde, ¿o acaso conoces alguno?... A Gijón no hay que ir recto y cagando prisas como lo hace necesariamente el dominguines de playa, sino rodeando, como por Jerusalén para atajar, o sea, por el Pontón, lamiendo el río del descenso y recalando en Ribadesella, donde hace unos años alguien clamó con spray en la paredona: «Asturianu, solidaridad: matai un turista» . Y después, a Villaviciosa, por lamprearnos en sidra madre. Esa villa brinda siempre un callejeo antes de empantanarse en el Furacu (a todo esto, ¿cómo se llaman los de Villaviciosa?). Contra los muros de su viejo mercado alguien estampó también su pintada: «Españoles fuera d'Asturies». Jodó petaca; eso es que alguien quiere echar de su casa a todos los asturianos que hinchan pecho con el viejo lema, «España ye Asturies... y el restu, tierra conquistae», así que algo fatu sí que ye el de esa pintae que causaba sonrisión a propios y foráneos, menos a uno que aplaudió con las orejas. A ese que se estrenó ayer como nacionalista babayu, una pregunta: ¿Asturias o trabajas?... En Gijón ya no hay tantas pintadas porque ahora gana el faroleo de escaparate al sindicalista de pasquín. Un cuarto de esa ciudad es cazurra, cosa de la emigración de hace cincuenta años, paramesa la que más. Antes del circo, visita obligada a la Feria de Muestras (¿o muestres?). Aquello ye un rastru a lo bestia donde ahora hay más trapos que ordeñadoras y maquinaria, lo que explica por dónde declinan las Asturias... y el turismo gubernativo.