España pondrá a la venta la vacuna del cáncer de cérvix en septiembre

España comercializará a finales de septiembre la vacuna contra el virus del papiloma humano, principal culpable del cáncer de cuello de útero o cérvix. El primer Consejo de Ministros del curso autorizó la puesta en el mercado de este método preventivo, muy eficaz cuando se administra a preadolescentes libres de la infección, que se transmite por vía sexual. El ministro de Sanidad, Bernat Soria, propondrá a las comunidades autónomas incorporar esta vacuna al calendario común de vacunación del Sistema Nacional de Salud. La vacuna se venderá con la marca comercial Gardasil y se administrará previsiblemente a niñas de edades comprendidas entre los 11 y los 14 años, antes del inicio de la actividad sexual, que es cuando alcanza su máxima eficacia según todos los estudios clínicos realizados hasta ahora. Políticas de salud europeas España era uno de los pocos países de la UE de Quince donde aún faltaba la venia oficial, que llega un año después de la legalización del fármaco por parte de la Agencia Europea del Medicamento, que estudia ahora la autorización de una segunda vacuna contra el cáncer de cérvix, Cervarix. La medida cumple además el acuerdo unánime adoptado en junio en la Comisión Mixta de Derechos de la Mujer del Congreso. «Con ello, España se sitúa a la vanguardia en las técnicas de prevención y en el grupo de países europeos punteros en las políticas públicas de salud», recalcó la vicepresidenta, Mª Teresa Fernández de la Vega, en la comparecencia tras el Consejo. El virus del papiloma humano -VPH- es, en realidad, una extensa «familia» que incluye más de cien tipos de agentes infecciosos, causantes de una de las infecciones de transmisión sexual más comunes. Al menos 13 de esos tipos son cancerígenos para los humanos. De ellos, dos son los principales culpables del 70% de los cánceres de cuello de útero, a su vez, el segundo tipo de cáncer femenino más común en todo el mundo después del de mama. Según los cálculos de la Organización Mundial de la Salud -OMS-, cada año se declaran 500.000 nuevos casos y se le atribuyen unas 280.000 muertes por esta causa, la mayoría en países pobres. No es el caso de España, que tiene unas de las tasas de prevalencia más bajas de Europa, unos 7,6 episodios y 2 muertes por cada 100.000 mujeres, con una media de defunción de 63 años. En 2005 murieron de cáncer de cuello uterino 594 mujeres, contabilizadas por el Instituto Nacional de Estadística. Hay también otros virus del papiloma menos graves que ocasionan un gran número de displasias cervicales leves y casi el 90% de las verrugas genitales o condilomas. Las infecciones por VPH suelen ceder espontáneamente en un plazo máximo de dos años, pero pueden persistir y producir lesiones precancerosas de cuello uterino que, si no se tratan, pueden evolucionar en 20 ó 30 años a un cáncer cervical. Los estudios realizados en distintos países han demostrado la eficacia de la vacuna cuando se administra en niñas muy jovencitas, antes del inicio de las relaciones sexuales y de cualquier posibilidad de infección. Incluso así, la introducción de la vacuna contra el cáncer de cuello de útero en algunos países se ha visto acompañada de cierta polémica porque no habrá garantía absoluta de prevención al 100% hasta dentro de tres décadas, más o menos, cuando las niñas de 10 u 11 años vacunadas ahora lleguen a la edad en la que se empieza a manifestar el cáncer. Los costes de generalizarla Sólo entonces habrá certeza de la validez del fármaco. Cabe además la posibilidad de que la vacuna, útil para determinados tipos de VPH, genere resistencias y desvíe la infección hacia otros tipos de virus. A este hecho se suma el coste económico de la medida. Generalizar la vacuna para todas las niñas de entre 11 y 14 años en todas las autonomías costaría arriba de 60 millones de euros, subrayó en junio la anterior ministra de Sanidad, Elena Salgado. Antes de poner en el mercado Gardasil, está previsto que su sucesor, Bernat Soria, informe en la segunda quincena de septiembre a la Comisión de Precios de los Medicamentos, y en octubre al pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. No previene al 100% En este órgano las comunidades autónomas deberán decidir si la vacuna se suma al calendario común de vacunaciones, en función de los informes técnicos y de la disponibilidad presupuestaria, dado que es a ellas a quien corresponde pagar su aplicación. La decisión es suya, por tanto. El Gobierno recordó ayer que la vacuna contra el VPH no excluye la utilización de otras medidas preventivas y profilácticas, ya que el cáncer puede estar producido por otros tipos del virus del papiloma human no incluidos en la vacuna. La detección precoz mediante cribados sistemáticos es una estrategia de prevención secundaria muy eficiente para prevenir el cáncer de cérvix. Y lo es todavía más la educación sanitaria y sexual entre la población de mayor riesgo, es decir, la de chicas entre los 15 y los 25 años, las campañas machaconas a favor del uso del preservativo, uno de los mejores frenos a las infecciones de transmisión sexual. La vacuna, insisten desde el Gobierno, está lejos de ser una panacea.