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Los médicos confían en que la niña pueda andar y que sus problemas neurológicos sean menores

Nace el primer bebé de Europa operado en el útero de espina bífida

A las 26 semanas, el feto se extrajo y se volvió a introducir tras la intervención en el interior de la madre

Publicado por
Cecilia Cuerdo - sevilla
León

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Se llama María, pesa 2,075 kilos y mide 40 centímetros. Se trata del primer bebé nacido en Europa tras ser operado en el útero materno para corregirle la espina bífida, una enfermedad congénita del sistema nervioso central. Tanto ella como su madre, María José, una malagueña de 36 años, se encuentran bien y los médicos esperan que los problemas neurológicos que padezca la niña sean menores. La pequeña nació este jueves, a las ocho semanas de gestación, en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, donde también se llevó a cabo la operación de cirugía fetal abierta, pionera en Europa. La operación El director de la unidad de Genética y Reproducción del centro, Guillermo Antiñolo, explicó que la enfermedad -mielomeningocele o espina bífida- se detectó en el feto a las 21 semanas de embarazo. Gracias a «la valentía y el coraje» de la madre, se decidió llevar a cabo la intervención, que se realizó el pasado 31 de julio a las 26 semanas de gestación, cuando el feto pesaba apenas 900 gramos. Durante dos semanas, un equipo de 15 profesionales del centro asesorados por expertos de EE.UU. y Brasil se preparó de forma exhaustiva, dentro del Programa de Medicina y Terapia Fetal del hospital, y simuló decenas de veces la operación, que finalmente duró tres horas y 20 minutos. Antiñolo narró que, para corregir el defecto del tubo neural, fue preciso abrir el útero materno de forma similar a una cesárea, vaciarlo de líquido amniótico y sacar al exterior la región anómala del feto para su corrección -la zona lumbar-. Tras la intervención en el bebé, se devolvió la cavidad uterina, junto al líquido amniótico, para proseguir su curso natural de maduración en el interior del útero. El feto permaneció monitorizado con ecografía continua durante todo el proceso, y durante las seis semanas posteriores fue evaluado a diario junto con la madre. Antes de nacer El equipo médico recordó que estas intervenciones, que se realizan con éxito en Estados Unidos desde 1998, no curan la lesión «porque aún no disponemos del arsenal terapéutico», aunque sí se han reducido «la aparición de secuelas y su intensidad», y se muestra esperanzado en que la pequeña no necesite usar silla de ruedas y pueda andar con normalidad, además de que los problemas neurológicos sean menores. Así, explicaron que una vez nacido el bebé, las secuelas de la espina bífida ya se encuentran establecidas, de ahí la importancia de reducirlas antes del nacimiento pese a los riesgos para el bebé. El jefe de Neurocirugía Pediátrica del hospital Virgen del Rocío, el doctor Javier Márquez, destacó que la cirugía fetal abierta «es una opción más disponible para el tratamiento».