AVE DE PASO
El zoo catalán
EL VACÍO PIDE una mutación hacia el contenido pero si prima la ignorancia, la incultura y el desprecio por el respeto se llena de arrogancia, que es una minusvalía de difícil curación. Eso es lo que ha pasado exactamente en Cataluña este pasado 11 de septiembre, Diada Nacional: un número nada desdeñable de hinchas nacionalistas/independentistas, ebrios de pasiones en apariencia compulsivas, han reventado un acto institucional que se viene celebrando desde la instauración de la democracia. Esas fieras, no obstante, tienen dueño: son sus domadores, responsables de que la actuación circense resulte un éxito, los que han invertido tiempo y dinero para que las fieras enjauladas dieran lo mejor de sí mismos. El resto llegará por mimetismo: prensa, radio y tv tomará buena nota cumpliendo con las exigencias de la sociedad del espectáculo. Al mes de septiembre le precede el verano que es tiempo para hacer agosto. Así, en Cataluña, las argucias pseudo intelectuales de políticos nacionalistas/independentistas crearon el caldo de cultivo para beneficio propio y de su circo. Reconozcamos que supieron rentabilizar su fracaso de años de mal gobierno bajo la consigna de que España es culpable de no se sabe qué, además de tirar del carruaje insólito de ese nuevo Estatut que nunca debió ser con una palabrería lumpen/tabernaria a la medida de la estrategia de domadores. Pero más allá de esta representación de la ira, fuera de las jaulas y de los espacios de entrenamiento, existe una Cataluña mucho más numerosa que no debería tardar en tomar la palabra y dar cuenta de su presencia y de sus intereses de futuro como ciudadanos del siglo XXI con lícitas aspiraciones. Es la sociedad civil que no quiere enjaularse pero que tarda excesivamente en denunciar a los cazadores de presas. Porque vista la erosión que se vende y compra de los catalanes, habrá que tomar las riendas que nos corresponden y mostrar que además del zoológico que grita contra el actual president Montilla y los de su partido señalándoles como traidores españolistas, o amenaza de muerte a un miembro del PP, aquí vive una ciudadanía que busca y crea modernos vínculos con España y el resto del mundo y que de lo único que peca es de callar su propia existencia.