Ciclo de sensibilización ambiental dirigido a los universitarios Sembrar sobre los rastrojos ayuda a frenar el cambio climático Inauguran en Cataluña el primer cementerio natural de España
La Universidad de León, a través de la Fgulem (Fundación General de la Universidad de León y de la Empresa), en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente, desarrollará del 17 al 28 de septiembre un ciclo de talleres y charlas sobre medio ambiente dirigido a la comunidad universitaria. A lo largo de las jornadas se abordarán temas como el cuidado de espacios verdes, las buenas prácticas en contaminación ambiental y sostenibilidad energética, los residuos sólidos en el espacio educativo, la integración del medio ambiente en el currículo universitario, así como charlas sobre planes de desarrollo y calidad ambiental puestos en marcha por diferentes campus universitarios españolas. Se pretende sensibilizar a la comunidad universitaria sobre problemáticas medioambientales. Un estudio sobre cubiertas vegetales ha demostrado que sembrar directamente sobre los rastrojos del cultivo anterior ayuda a frenar la erosión y reduce la emisión de CO 2 a la atmósfera. Con este sistema, conocido como agricultura de conservación, la labranza es más superficial ya que se destruye menos materia orgánica (hasta el 80%) que con la tradicional, que supone pasar el arado tres o cuatro veces para preparar la siembra, y permite un importante ahorro de combustible. Además, las cubiertas vegetales enriquecen al suelo de nutrientes, aumentan su capacidad de absorción de agua y reducen la escorrentía, minimizando las inundaciones y la contaminación del agua. Se encuentra en las proximidades de la localidad de Castelfollit de la Roca (Gerona) y ha sido bautizado como el «Valle del Silencio». Al igual que sucede en otros países europeos, y por una cantidad del mil euros, las cenizas del fallecido se integran en el ciclo natural al ser inhumadas junto a un árbol escogido por el difunto, que es catalogado y localizado a través de coordenadas GPS. En cada árbol solo se pueden enterrar un máximo de 12 personas a lo largo de un siglo y no se pueden colocar cruces, lápidas ni fotos. Aunque los allegados no pueden cuidar el entorno, pueden visitarlo siempre que quieran.