CRÉMER CONTRA CRÉMER
¡Más partidos! ¡Es la guerra!
QUE NADIE SE ENGAÑE: A nosotros, lo mismo que a Campón, nos gusta o nos interesa, la guerra política. Pero una guerra de Caballeros, al modo de los tradicionales paladines que a veces solían dejarse vencer en la batalla, para dar ejemplo a sus mesnadas, no siempre dispuestas a dejarse matar. De modo que la noticia de que en España se van a promover nuevas formaciones políticas, o sease Partidos, para hacer frente a los compromisos contraídos para estas elecciones generales, nos alentó bastante y nos hizo concebir la idea de que al fin, la política española de Zapatero o de Rajoy, sin descontar a Don Felipe ni al fenómeno de Enésimo del Caudillo, que siguen contando bastante, puede entrar en la línea recta de las revisiones importantes y quien sabe si hasta necesarias y por supuesto por la implicación real del pueblo elector y decisorio. Un filósofo y una desertora personal del Partido «de toda la vida», el socialismo en llamas, han promocionado ya la nominación de la novísima agrupación: «Basta ya», será como el impulso motor y su declaración de principios abiertos y generosos tal vez la fórmula que la política española está necesitando para poder manifestarse y proponerse electoralmente con todas las garantías. En León, para no ir más lejos, si bien no se anuncian nuevas formaciones, sí se declaran asociaciones o pactos que en resumen quiebran la línea argumental verdadera para convertir el evento en una nueva oportunidad. La prueba de la facilidad con que se pueden producir conjunciones copulativas de seguro encaje en la política que nos afecta es el combinado municipal de Paco y sus compañeros de la Unión del Pueblo Lliunés. Quedan fuera algunas facciones, inventadas sobre la marcha, que se quedaron como cuajadas en el camino y otros combinados políticos de cuyo resultado no responde nadie. En Madrid, por no ser menos, se espera con expectación la maniobra de Gallardón para insuflar fuerza y seguridad al combinado actual en el cual Acebes, por ejemplo, juega el papel más espinoso y Don Mariano el más doliente. La aparición de doña Rosa Díez, la ex socialista de la Europa militante en la campa política como líder de los nuevos candidatos para la general y sus asociados, no ha sorprendido a nadie y aunque en España ya comienzan a servir de motivo de chanza electoral la acumulación de Partidos salidos como del vientre de la ballena bíblica, contemplando la destemplada urgencia con que se han producido los aumentos de precios en los productos verdaderamente vitales, tanto monta Doña Rosa como Doña Jimena. Porque, dicho sea con prudencia, lo que debiera importar no es la abundancia de sociedades políticas de socorros mutuos, sino el futuro de miedo que se anuncia cuando el Vicepresidente Económico, Sr. Solbes, reconoce que la crisis puede afectar a España¿ ¡Auxilio, que nos hundimos!